El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 26 de noviembre de 2012

Embaucador embaucado


No hacía falta ser adivino para anticipar los resultados de las elecciones catalanas, bastaba con leer los sondeos.
Nadie, que no fuera un completo ingenuo, podía pensar que lo que estaba en liza en estos comicios era la independencia de Cataluña, sino la mayoría absoluta del Sr. Mas, propósito que no sólo no ha alcanzado, sino del que se ha alejado muy notablemente.
Pensaba Mas hacer una jugada maestra calzándose el disfraz separatista y echándose al monte del nacionalismo radical, pero los simpatizantes de esta tendencia han sospechado de este repentino impulso montaraz y han preferido confiarle su voto a ERC, unos furtivos más fiables, al menos en esta condición.
No se creía el votante ésta súbita e inaudita ansia del Sr Más por separarse de España, y más bien sospechaba que, en cuanto se viera afianzado en el cargo, iba a renunciar a ella a la primera excusa.
No es sencillo el dilema al que se enfrenta ahora: o bien pacta con los socialistas y reconoce que todo lo dicho no era más que una farsa, o bien pacta con ERC, que no se va a conformar con paños tibios.
Lo que resulta evidente es que el Sr. Más tiene lo que se merece: una bomba de relojería,  y probablemente el elector catalán también: un parlamento balcánico, radical y atomizado.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Adiós al principio de universalidad


(Diccionario de la RAEL. Hay más acepciones, pero me quedo con las tres primeras)
justicia.
(Del lat. iustitĭa).
1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
2. f. Derecho, razón, equidad.
3. f. Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.

No cabe duda alguna de que las nuevas tasas judiciales acaban con el principio de universalidad de la justicia, de modo que la misma difícilmente puede seguir manteniendo el nombre, y habrá  que llamarla sistema de aplicación de leyes o algo parecido.
Admito que tenemos un sistema judicial propio de la época de la ilustración, inmovilizado y aplastado por su propio peso, como un obeso mórbido, también que se está haciendo un uso torticero de la misma, como el que perpetran algunas compañías con grandes gabinetes jurídicos a las que sale más rentable hacer que los demandantes desistan por mero hartazgo que reconocer sus justos derechos, o algunas empresas que se anuncian por la radio y que se dedican a interponer recursos de multas.
No obstante, el importe fijo desorbitado de las nuevas normas dejará al ciudadano inerme ante cualquier abuso de la autoridad. Por ejemplo: si le imponen una sanción de aparcamiento injusta, le va a salir más rentable pagarla que recurrirla.
El ejecutivo anda más tieso que una mojama, y trata de disfrazar de racionalización cualquier asalto a la cartera maquillado de decreto, así que amárrensela bien porque no será el último. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Contradicciones nacionalistas.


Admito que no se le puede pedir racionalidad a una doctrina política que se basa únicamente en los sentimientos más primarios y atávicos: el egoísmo y la noción de pertenencia a la tribu, pero alguna de las contradicciones que exhiben sin pudor alguno los nacionalistas sobrepasan con mucho la barrera del ridículo.
A guisa de ejemplo, esta mañana veía en los informativos imágenes de un mitin ce CiU en el que los incondicionales del grupo (¿asiste a los mítines de cualquier partido alguien que no sea incondicional, cuando no deudo, del partido en cuestión?) ondeaban casi tantas banderas europeas como catalanas.
No se concibe nada más absurdo que, cuando la unión europea consiste en renunciar a fronteras y soberanía nacional en favor de una entidad supranacional europea, tratar de conciliar este espíritu con el provincianismo y la apología de los reinos de taifas que supone el separatismo.
Semejante estupidez es equivalente a que un perro se defina como vertebrado, pero arda en ira e indignación ante la mera mención del orden de los mamíferos. En resumen: europeos sí, españoles no.
A todo esto, Mas, el aprendiz de brujo de turno, se siente despavorido ante la legión de escobas animadas (o golems independentistas) que acaba de crear y que, incontroladas e ingratas, parecen decididas a votar en masa a ERC, otros separatistas de una añada no tan reciente como la suya. Él, que ha organizado todo este jaleo para desviar la atención de la pésima gestión de la crisis que ha realizado y salir relegido  es posible que incluso no consiga siquiera la mayoría precisa para gobernar.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

Huelga a la fuerza


Servidor es uno de los cientos de miles de españoles que hoy debe hacer huelga quiera o no.
En mi caso, obedece a que el director de la fábrica donde me encuentro trabajando le teme más al comité de empresa que la propio diablo y no se atrevería a hacer nada que lo incomode lo más mínimo, y ha prohibido a todas las contratas externas el acceso a la misma.
No obstante, en la televisión hemos tenido ocasión de ver otras coacciones menos sutiles, barricadas, neumáticos ardiendo y piedras volando delante de los mercados centrales.
No me entra en la cabeza por qué la ley y las fuerzas de seguridad siguen tolerando la actividad de estas bandas de extorsión organizada que son los piquetes informativos, y no se les aplica directamente el derecho penal o, mejor aún, se crea una legislación específica al respecto que castigue de forma contundente e inmediata estos comportamientos.
Tenemos unos sindicatos y una ley de huelgas propios del siglo XIX, de la época de una lucha de clases obsoleta, fósiles vivientes que se han convertido en una lacra para la sociedad, incluso para el mero ejercicio de la libertad.
En el capítulo anecdótico, ayer, poco después de las diez noche, me encontré con uno de estos grupos que se reunían al amparo de la bandera de la CNT en el casco viejo de Zaragoza, se ve que preferían trasnochar a madrugar, y lo cierto es que la mayoría de ellos tenían aspecto de no haber trabajado en la vida, el paradigma de lo que ahora se da en llamar perroflauta, curiosos abanderados de esta huelga nini .

miércoles, 7 de noviembre de 2012

De mañana no pasa


Dicen por ahí que un tipo que responde al mismo nombre que el del que firma este blog presentará mañana, jueves 8 de noviembre a las 19:30, su novela Los confines de la noche en el Centro Cultural de Paracuellos, sito en la ronda de las Cuestas 39.
La entrada será libre y gratuita (el citado ha intentado que el ayuntamiento pagase  por asistir al evento, pero no ha colado), y los asistentes, después de una breve charla (por algo uno se hizo escritor y no orador)  podrán llevarse a casa un libro dedicado por el autor, incluso pedir la mano del mismo (por pedir que no quede).
A pesar de su contumaz insistencia, no se ha permitido la asistencia al acto de Steven Spielberg y George Lukas, ya que la necesidad de traducir sus preguntas restaría agilidad al desarrollo del evento.
Pueden acudir ustedes de etiqueta, con traje de faena e incluso disfrazados de bombero torero.
Hasta mañana, ¡ea!

lunes, 5 de noviembre de 2012

¿Democracia?



Acabo de leer  “Tragedia y esperanza”, de Carrol Quigley, y he encontrado en el libro mucho de lo primero y nada de lo segundo.
A pesar de que los juicios y opiniones vertidos por el autor son bastante discutibles, cuando no meros prejuicios, no se puede cerrar los ojos a la contundencia de los hechos, que prueban que vivimos en un mundo dirigido por un puñado de oligarcas, y todo el resto de aparato pseudodemocrático no constituye sino mero atrezzo para imbuirnos la ilusioria esperanza de que tenemos alguna opción de intervenir en las decisiones de gobierno.
El texto detalla cómo todos los últimos presidentes y la mayoría de su gabinete (hasta el momento de publicación del libro) de EEUU eran miembros del CFR, una institución en manos del PODER económico con mayúsculas. También explica cómo todos los movimientos de izquierdas americanos han sido teledirigidos, mediante su financiación, por gente tan poco sospechosa de simpatizar con el comunismo como D. Rockefeller, J.P.Morgan, incluso la fundación Carnegie.
Si esto ocurre en la nación más rica y poderosa del mundo (de momento), pueden hacerse lo que ocurrirá en un país de todo a cien como el nuestro.
El estado de ánimo que te deja la lectura del libro es la desolación inherente al conocimiento de la verdad. No en vano alguien dijo que la ignorancia es el estado propio de la felicidad.