El revuelo que se está generando los últimos días en torno a la ubicación de un cementerio nuclear (no es otra cosa, aunque, eufemísticamente, pretendan adjudicarle otro nombre), no obedece a otra razón que al empecinamiento de nuestro gobierno en negarse a ejercer como tal cuando corresponde tomar decisiones desagradables.
Imaginen Uds. que un profesor les dijera a sus alumnos “Elijan uds. a quién he de suspender”. Parece evidente que la deliberación acabaría dirimiéndose con los puños, si no con algo de mayor contundencia. Pues algo parecido es lo que ha hecho el gabinete de desgobierno de ZP al pretender que sean los ayuntamientos los que decidan la ubicación del ATR.
Es notorio que España necesita contar con esta instalación, así como que a nadie le gustaría que la ubicaran en los alrededores de su casa. Pero también que constituye un dislate que un ayuntamiento pueda proponerse como emplazamiento cuando este hecho afectaría a todos los municipios vecinos, que se verían afectados sin detentar capacidad de decisión y sin obtener contrapartida alguna.
Algo de esta envergadura, debiera ser decidido por un comité imparcial y cualificado que no atendiese más que a razones técnicas, pero eso supondría que nuestro mesiánico y casi santo laico ZP tendría que ensuciarse sus inmaculadas manos. Así que prepárense para seguir contemplando más de este lamentable espectáculo.
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2 comentarios:
Yo es que soy "pro nuclear", y encima me gusta el campo y lo practico, así que las tengo de órdago a la grande con amigos ecologistas... En fin, luego está lo de NIBY, razón tiene Vd, pero yo creo, fíjese, que este tema va a dar un giro, los del Foro Nuclear están intendándolo
La política nuclear resta votos, y ya se sabe, entre el bien común y el voto, un político siempre elegirá...
Saludos.
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