No cabe duda de que la novela de Luis Landero es una obra notable, y que sus cuatrocientas páginas se devoran con ligereza y, en muchos momentos, ansia. La narración salta con matemática equidad (un capítulo para cada una) entre las dos historias paralelas que constituyen la trama, si bien la protagonizada por Tomás Montejo, un profesor con ínfulas literarias y quizás el alter ego del escritor, resulta más colorida y palpable.
Confieso que, a medida que progresaba en la lectura, no cesaba de preguntarme cómo iba a conseguir trabar el autor ambos hilos en uno solo, y sospechaba que lo iba a resolver de forma forzada y no demasiado honrosa, pero admito que lo logra con admirable maestría.
Una lectura recomendable y que incita a buscar más títulos del autor.
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9 comentarios:
Mal consejo te das tu mismo, nunca leas nada del mismo autor si te ha gustado lo que tienes entre manos.
Saludos.
Pues la leeremos, amigo
Debe ser notable para que la alabes :0)
Un abrazo y que tengas una buena semana
Jesús:
Qué tristeza abrigar el convencimiento de que un autor no puede alumbrar más de una obra digna de ser leída. Y flacas esperanzas para un escritor.
Julio:
No saldrás decepcionado.
Mª José:
Al menos se lo pareció a este pobre lego.
Saludos a todos.
Después de haberte leído las cuatrocientas páginas, si dices que vale la pena leerlo me lo creo. Que tengas una feliz semana.
Lo mismo digo, amiga.
Un abrazo.
Tomo buena nota, pues es un libro que no pensaba comprar. Ya eres el segundo que me hablas bien de él y tendré que haceros caso.
Un abrazo
Landero es de los buenos construyendo personajes.
Desconozco el libro, pero el autor no me ha defraudado hasta ahoira.
Mery:
Sin duda será dinero bien invertido.
Javier:
"Ahoira" le sale a Ud. la vena gallega (por vecindad).
:-)
Saludos a todos.
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