El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 1 de marzo de 2010

Insignificancia

Nos envanecemos en creer que dominamos el mundo, pero somos poco más que las pulgas sobre la cabeza del perro. Es cierto que podemos causar algo de daño, si bien, en cuanto que el animal levanta su zarpa para rascarse, nuestro mundo se tambalea y derrumba. Desgracias como las de Haití y Chile son la prueba.

7 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Eso nos da la verdadera medida de lo necios que podemos ser.
Un abrazo

Máster en nubes dijo...

Y a veces esas desgracias te dan la medida de las estupideces por las que te llegas a preocupar, tu pequeño mundo tan mezquino y tonto. En fin.

Mery dijo...

No podías haberlo expresado mejor con mas palabras.
Un abrazo

J. G. dijo...

Y no sólo a las catástrofes naturales somo así de sensibles, también a las provodadas por nosotros o ellos. Poco y contundente.

Filisteum dijo...

joer, me marcho un tiempo y cuando vuelvo te encuentro místico

:-)

Lisset Vázquez Meizoso dijo...

Es la soberbia humana, pensar que somos algo que no somos, no somos nada. Somos una plaga que asola este mundo, una plaga interesante, maravillosa y destructora a la vez, que arrasa y crea, que ríe y llora.. Es nuestra ambivalencia diaria, hacer las más increíbles cosas, ser por un lado los más generosos y por otro lado, quitarle todo a otra especie... La naturaleza es sabia..si seguimos así, ya se cansará de nosotros y nos mandará a todos al cuerno.

Juan Carlos Garrido dijo...

Saludos a todos los visitantes y gracias por vuestras aportaciones.

Y, considerando que un servidor es de Ávila, no es de extrañar que aflore la veta mística.

Saludos a todos.