Dícese del acto consistente en alumbrar una idea peregrina, obligar al ministro del gremio a lanzar el globo sonda y, cuando la opinión pública se avalanza sobre el interfecto como una jauría de podencos enrabietados, negar la mayor y dejar al damnificado de turno con el culo al aire y una cara de tonto como para tirarle una foto.
Ayer mismo tuvimos ocasión de contemplar dos perfectos ejemplos con la ley de la patada en el router y la retirada de crucifijos de las aulas.
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2 comentarios:
Se imagina uno la escena, Juan Carlos. Zapatero vestido como el gato con botas, con la escopeta encarada gritando ¡plato!, y un ministro volando por el aire.
Un abrazo
ZP no precisa de escopeta: al igual que Mel Gibson, él mismo es un arma letal.
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