Hilando con la entrada de ayer, uno no puede sino reconocer que Berlanga no es un avezado cronista, sino un visionario, y que la realidad de este país cada vez se asemeja más a la que plasmó en sus películas. Y, si no lo creen, atiendan a este nuevo ejemplo:
Un hombre perece electrocutado cuando trataba de robar los cables de cobre del centro de transformación de una cementera clausurada. La consternada viuda, alega que lo hacía para dar de comer a sus cuatro nietos, ya que los padres están en la cárcel. Hasta ahí todo pintoresco, mas normal; entonces, concluido el reportaje, una voz en off añade que la familia piensa denunciar a los propietarios de la cementera por no tener cortada la corriente estando esta cerrada. En la misma tónica, la magistratura de trabajo debiera abrir una investigación a la víctima por incumplimiento de la ley de riesgos laborales.
Para rematar, nos enteramos de que Bibiana, la ministra ilustrada, le ha puesto un piso en Madrid a su querido, con coche oficial y cuatro personas a su servicio, en forma de superflua oficina costeada por la junta de Andalucía. Ya sólo falta en esta historia un marqués lúbrico venido a menos.
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10 comentarios:
Tomo nota de lo del marqués lúbrico como posible personaje de una de mis Historia de la taberna.
Saludos
Pues sí, JC, podríamos juntar crónicas al respecto. Lo del cementerio genial, lo del pisito es que los amantes ya no son lo que eran, ahora con cargo oficial a costa del erario público. Con lo bonito que era que te pusieran un piso y no hacer nada, solo esperar a que él viniera (bueno, ya sé que es lo mismo pero encima con pretensiones... y con ella)
Tato:
Lo que no es autobiografía es plagio: te cedo al personaje, pero no es mío sino de Berlanga.
Aurora:
En realidad era cementera, no cementerio, un sitio dende se fabrica cemento, no donde se gasta.
Saludos a todos.
Juan Carlos, que este país se ha convertido en una tragicomedia, eso ya se veía venir hace tiempo, claro que no tenían un estilo tan definido y ya se van haciendo profesionales en aquello de hacer llorar al público mientras se ellos se ríen. Un abrazo con mezcla (que no de cemento) de tristeza y compasión por nuestro presente y lo que nos queda para el futuro como sigamos así. No vamos a ser una tragicomedia, sino un drama y de los malos.
Lisset:
Lo malo es que el drama siempre es para los mismos.
Un abrazo.
Jo, tienen amantes y les ponen piso, como los marqueses de antes. Yo llevo toda la vida estudiando y trabajando y me invita Aurora a ir a Madrid y no tengo pasta para extras.
Y eso que ella pone el piso (la primera persona que me ha hecho eso, gracias, guapa;-)))))
La costumbre de denunciar por todo es más bien americana, no es un mal exclusivo de esta España de nuestros dolores y lo de poner pisos a los amantes, también parece que es bastante internacional y antiguo. Costumbres.
En 2012 se acaba el mundo, no preocuparse;-)
Un abrazo.
Parece que nos vamos volviendo americanos... con esas denuncias tan tontas.
Pero no es el primer caso que conozco. Hace años recuerdo a uno que harto de robos puso en su almacén un par de perros que soltaba por las noches.
Lo denunció el ladrón porque lo atacaron.
Le hicieron deshacerse de los animales. El pequeño detalle de que había que saltar una valla de dos metros para acceder al almacén no hizo mella en el juez...
Salu2
Olga:
A mí no me parece mal lo de poner un piso, sino que lo haga a cargo del contribuyente. En otro orden de cosas, supongo que con Aurora estarás mejor, al menos más entretenida, que en un hotel.
Mª José:
Supongo que lo de denunciar por todo es típico americano, lo que sí tiene raíces de aquí es justificar el robo aduciendo que los hijos están en la cárcel.
Saludos.
Viva La Escopeta Nacional.
Vaya cuajo que tienen los políticos en general...y nosotros por aguantar todo esto y mas.
Si esto ocurriera en un país medio serio, la ministra hubiera dimitido de inmediato; aquí, nos limitamos a hacer chistes.
Saludos.
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