Si alguien tiene conocimiento de que otro ha cometido un acto execrable y se lo guarda para sí, a eso se le denomina complicidad. Pero, si además te abrazas con él, eres casi tan despreciable como el criminal.
Pues eso, que viene el ministro represor de Marruecos y nuestro vicepresidente lo aguarda con los brazos abiertos.
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4 comentarios:
Ya sólo nos falta agacharnos a coger el jabón en la ducha, Juan Carlos. ;-)
Saludos
Totalmente de acuerdo contigo: es una vergüenza... Y eso que nuestro ministro hace parte de un gobierno de ¿izquierdas?.
Te leo siempre, Juan Carlos
Tato:
Todo se andará...
Rafa:
Flaco consuelo, cuando todavía les queda año y medio.
Martha:
Desde hace tiempo, antes incluso de que cayera el muro, para los partidos occidente las ideologías se limitan a ser a una cierta pose, poco más que una capa de maquillaje.
Saludos a todos.
Pues lamentable, todo lamentable.
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