… aunque algunas son más iguales que otras. No en vano, Orwell demostró el gran acierto de que los cerdos encarnasen a la clase política en su magistral alegoría, y no porque de ellos se aproveche todo ni porque nos gusten hasta sus andares, sino por su voracidad insaciable y su gusto por hozar en la mierda.
Era evidente que se iba a soliviantar el patio como lo ha hecho, y, una vez más, sembramos el caos y el desconcierto por doquier. En ocasiones, incluso me planteo si ZP podría hacerlo peor si lo intentara a propósito y, sinceramente, lo dudo.
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3 comentarios:
¡No lo dudes hombre! que es capaz de demostrarlo.
Un abrazo
cuidado con las siete vidas.
saludos.
Rafa:
Yo no estaría tan seguro.
Jesús:
No acabo de entender el comentario, pero saludos al fin y al cabo.
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