El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 2 de abril de 2012

Buenas ideas mal vendidas


Se cumple el centenar de días en el gobierno de Rajoy, y creo que la sucinta frase del titular resume a la perfección la esencia de este comienzo de mandato.
Con toda sinceridad, un servidor duda que la reforma laboral pueda servir algún día para combatir el desempleo, ni siquiera a medio plazo, si bien daba la impresión de que se trataba de un imperativo de los mercados y de nuestros socios (léase jefes) europeos, Merkel y Sarkozy, al que hubiera resultado difícil sustraerse.
En cuanto al resto, opino que, en estos pocos días, el ejecutivo ha planteado una serie de medidas atrevidas e imaginativas, adecuadas para los tiempos que corren, como la dación en pago, la gestión de la morosidad local o la amnistía fiscal aprobada por el último consejo de ministros, si bien no ha sabido exponerlas de un modo adecuado a la opinión pública, a imagen y semejanza de la propia esencia de este gobierno, un grupo de gestores experimentados y eficientes, si bien desprovistos por completo de glamour, incluso de capacidad de despertar empatía, algunos encarnando el perfecto paradigma de su antítesis, como es el caso de Montoro.
Restaría, para completar esta panoplia de medidas anticrisis, hacer aflorar el dinero negro refugiado en billetes de 500€, los cada vez más míticos Bin Laden, quitándolos de la circulación y, si fuera preciso, remplazándolos por un modelo diferente, si bien esa es una decisión que debe ser adoptada por el conjunto de los países englobados en la moneda única.

3 comentarios:

Er Tato dijo...

No existe ninguna duda, ni teórica ni empírica, de que un mercado laboral más flexible crea empleo. En algunos supuestos extremos, la flexibilización de dicho mercado -el paso de un mercado rígido a otro más flexible-, incluso crea empleo por sí misma. Por ejemplo, en una economía donde los salarios mínimos de un determinado sector estén fijados por ley -convenios colectivos-, y los trabajadores de mese sector a duras penas creen el suficiente valor añadido al empresario como para cubrir siquiera sus costes laborales, resulta obvio que esos puetos de trabajo no se crearán o, si existían, se destruirán. Si en ese momento permitimos flexibilizar esos salarios a la baja, se crearán puestos de trabajo que antes no existían. El dilema no consiste en cobrar más o cobrar menos, en más indemnizaciones por despido o menos, sino en mayor demanda de trabajo o menos. Gustará más o gustará menos -a mí, en lo personal, me encantaría que me subieran el salario un 40% o que incrementaran la indemnización por despido a 90 días por año trabajado-, pero como no es posible poner una pistola a nadie para que cree una empresa, si a quien puede hacerlo no le compensa hacerlo, dedicará su dinero a otras cosas.

En cualquier mercado, si los precios -los costes salariales-, no pueden bajar, el ajuste se realizará vía cantidades -más paro-, y no vía precios.

Por otro lado, este gobierno se ha quedado corto en casi todo. En la reforma laboral, en la buena dirección pero escasa. En la consolidación fiscal, cortita y miedosa, hecha vía subida de impuestos -más leña a los mismos-, amnistía fiscal -absolutamente inmoral e injusta-, y recortes de gasto ridículos que no llegan ni al 10%.

Saludos

Juan Carlos Garrido dijo...

No niego, dudo.
Ahora mismo, parece evidente que el abaratamiento del despido sólo servirá para propiciarlo. A medio plazo, cuando se supone hayamos superado el bache actual, dudo que el abaratamiento sirva para el estímulo. En resumen, cuando la cosa está mal, no voy a contratar de ningún modo y, si me facilitan el despido, lo usaré con más alegría. Y, cuando la cosa esté bien, no tengo claro (tampoco lo niego) que el despido barato anime a contratar.

Coincido en que la amnistía fiscal es injusta e inmoral, pero puede ser útil, y la desesperada situación actual obliga a taparse las narices y mirar a otro lado para sobrevivir.

Saludos.

Er Tato dijo...

Pues no es tan evidente, Juan Carlos. El abaratamiento del despido y la flexibilidad en las condiciones laborales va a permitir que sobrevivan empresas que antes cerraban, conservándose así al menos los puestos de trabajo restantes. Se va a crear paro, sí, pero por la crisis y la falta de demanda, y no por una regulación dle mercado laboral tremendamente rígida. He conocido casos en los que al empresario, normalmente propietario de una empresa de 8 ó 10 trabajadores, le interesaba más declararse en quiebra y que los trabajadores se cobraran de la liquidación de los escasos activos que le quedaban, que indemnizar con 30.000 mil euros a cada uno de los 4 trabajadores que le sobraban. En la situación actual, ese empresario hubiera mantenido 5 ó 6 puestos de trabajo y la empresa abierta, pero en la situación anterior se perdieron los 10 y un empresario.

En cuanto a la amnistía fiscal, está demostrado que aumenta la recaudación a corto plazo pero incentiva el fraude a largo. En todo caso, aunque no fuera así, no podemos caer en el todo vale, sobre todo mientras ocurran cosas como éstas, o mientras los clubes de fútbol deban más de 1.000 millones al Estado en impuestos.

Saludos