Evo
Morales, envalentonado por la tibia respuesta al robo por decreto perpetrado
por su colega austral, la Kirchner, mueve ficha y salta de oca a oca,
comiéndose en este caso la filial de red eléctrica en Bolivia.
Es
cierto que los más perjudicados a la postre serán los conciudadanos de estos
dirigentes demagogos y oportunistas, condenados a vivir encerrados en el gueto financiero
en el que acabarán convirtiéndose sus países a causa de la inseguridad jurídica
reinante en los mismos, no obstante y entretanto, las primeras damnificadas son
las esquilmadas empresas españolas.
Parece
claro que pueden nacionalizarse empresas a precio de saldo, o gratis total,
pero la historia prueba que estas gangas acaban pasando una onerosa factura.
La
relación causa efecto parece tan evidente, que un servidor no alcanza a
entender cómo los sufridos votantes de estos desgobernantes aplauden a rabiar las nacionalizaciones, si
bien tampoco alcanzo a entender cómo fue posible que los electores españoles
votasen a Zapatero dos legislaturas consecutivas.
2 comentarios:
vivimos en el engaño y absurdo más absoluto haya quien haya, bien expuesto
Y lo que vendrá...
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