Por si alguien lo dudaba, existen, y no sólo se puede aproximar uno a las matemáticas con amor, sino también al contrario. Lo pueden comprobar aquí, en la página 53.
A mí siempre me gustó este cuento, si bien admito que alguien cuya formación se limite a las humanidades puede que no le coja del todo la gracia.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
9 comentarios:
Redondo, es redondo el cuento (perdón, es que no soy matemática y no me sale la expresión numérica adecuada ... a su redondez)
Me he gustado mucho... casi no te encontraba en la revista, luego ya sí... Lo dicho: redondito.
π * r^2
Es que me lees con buenos ojos, Aurora.
Un abrazo.
Me encantan las matemáticas, sobre todo, las ecuaciones que dan como resultado, el 2 :D Yo también quiero morirme de amor, vivirme de amor y si es de forma integral, mejor :)
En esto hay para todos los gustos, pues hay quein le gusta el 3, el 1, incluso resultados indeterminados.
Un abrazo.
jajaja, ciertamente, caballero, hay gustos para todos :)
Curioso, curiosísimo
Es que, donde se ponga un mujer hermosa -disculpen la redundancia-, que se quite un polinomio cíclico y que se jodan las asíntotas. Y asín, totas, totas.
Un abrazo
Julio:
Celebro que el cuento al menos haya suscitado su curiosidad.
Tato:
Y es que nos perdemos por las asíntotas, cuando son mucho más placenteras las tangentes y secantes.
Saludos a todos.
Hace tiempo, teniendo en cuenta que fui profesor de matemáticas bastante tiempo (ya lejano) y en mi blog anterior "El negro de macguffin", publiqué una serie matemática, una relación entre matemáticas y poesía, con poemas de otros y mios. Encontre ideas maravillosas.
Como todo el mundo debería saber, el propio poema de Becquer Poesía eres tu, contiene una ecuación de segundo grado con una incognita, la llamada ecuación becqueriana.
Un abrazo
Publicar un comentario