Los
últimos tiempos nos hemos acostumbrado a hablar de los mercados como si fueran algo semejante a una fuerza de la
naturaleza, un ente difuso y de voluntad caprichosa e indoblegable, cuando son
algo muy diferente: un reducido puñado de individuos (cabrían todos en un
autobús) que manejan los designios de los fondos de pensiones y de inversión,
los más importantes compradores de deuda pública.
Estos
tipejos se valen de unos modos más propios de corsarios y bandoleros (todo es
lícito si aumenta mi beneficio) que de inversores y hombres de negocios
respetables. La prueba es que no les ha temblado el pulso al enviar países
enteros al precipicio, al causar la pérdida de cientos de miles de puestos de
trabajo y acarrearles dolorosos recortes a decenas de millones de personas con
tal de subir unos puntos el margen de rentabilidad de sus bonos.
También
solemos considerar sus designios inapelables, casi como si se tratara de los
mandatos del mismo Yavé, cuando en realidad sería bien sencillo aplicarles a los mercados una dosis de su propia
medicina: bastaría con permitir la quiebra parcial de Grecia y que, como
consecuencia de ello, estos especuladores constataran que, con sus turbias
maquinaciones, en lugar de multiplicar el porcentaje de sus ganancias, sufren
unas cuantiosas pérdidas.
Esto,
y también publicar por doquier sus fotos junto a las de los delincuentes más
buscados, que los millones de funcionarios y pensionistas que han visto
recortados sus ingresos por su causa puedan poner caras a los causantes de sus
males. Que los que pierden su empleo o ven embargado su patrimonio sepan quiénes
son los responsables. Y, qué carajo, que no puedan actuar con impunidad y, a
cada momento, teman ser reconocidos por una de sus víctimas.
12 comentarios:
Estoy de acuerdo parcialmente. Teóricamente los mercados ponen a cada uno en su sitio, y en ese sentido la intervención de rescate en Grecia supone una distorsión que favorece a los inversores con un coste elevado para el resto de la sociedad. Por otra parte, también es cierto que existe un desequilibrio enorme, tanto en tamaño de las inversiones como en cuanto a información privilegiada, que favorece a las grandes fortunas. Pero... no es para ciscarse en los mercados: si se deja todo en manos de la regulación y el intervencionismo estatal el resultado sería totalmente ineficiente, aún peor. Creo que es necesario un sano equilibrio entre la protección de los derechos de los pequeños inversores y el libre funcionamiento de los mercados. Difícil, lo reconozco, pero no veo otra solución.
Saludos.
Jose Miguel:
No confundas el libre mercado, una forma de gestión económica, con “los mercados”, la banda de Alí Baba. No estoy abogando a favor del intervencionismo, sino clamando contra un puñado de forajidos, a los que hay que poner coto, cuanto antes mejor.
Saludos.
Sí, pero lo que yo quiero decir es que estos forajidos en realidad son creados por el libre mercado, y que si no se le ponen límites a este sistema resulta tremendamente injusto, debido a los fallos del mercado, y especialmente a los desequilibrios que inevitablemente existen. En realidad, "los mercados" que tú citas no son sino la cara menos amable de la economía de libre mercado.
Más saludos.
Si sabes quien son nombres y fotos
José Miguel:
"Los mercados" a los que yo aludo no son una consecuencia del libre mercado, como los asesinos en serie no son una consecuencia del sistema de garantías y libertades.
Son unos indeseables sin escrúpulos, que actúan como lo hacen porque obtienen lo que desean (beneficios) y nadie les para los pies. Si lo que ellos hacen (hundir premeditada y concertadamente la economía de un país para comprar deuda con más intereses) no es un delito juzgable por los tribunales del La Haya, debería serlo, pero, de momento, que comiencen por perder dinero.
Cauta y valiosa mujer:
No tengo el gusto de tomar el aperitivo con esos "señores", pero las sociedades que representan cotizan el bolsa y sus organigramas son públicos. Supongo que si alguien se tomara la molestia, podría hacerlo.
Saludos.
Esos mercados de los que hablas, Juan Carlos, no son más que ahorradores, unos más pequeños, otros más grandes. Y no, no caben todos en un autobús. Yo no sé si tú tienes plan de pensiones, seguro de vida u otro instrumento de ahorro, pero una gran parte del dinero que esos fondos invierten en renta fija -fundamentalmente deuda pública-, proceden de ahorradores que les entregan su dinero con la exigencia de que lo inviertan con precaución e intentando obtener la mayor rentabilidad posible.
Por otro lado, ¿te has preguntado por qué la deuda pública alemana no es, como decís vosotros, "atacada"? ¿No te has parado a reflexionar si esos "mercados" están realmente defendiéndose, más que atacando? Exigir una rentabilidad extra para inversiones con más riesgo no es más que una defensa contra los prestatarios menos solventes o fiables, no un ataque a esos prestatarios. No parece serio quejarse de tus acreedores precisamente por ser tus acreedores y pretender obtener garantías de cobro o más rentabilidad con la que compensar el mayor riesgo de deudores manirrotos. Los acreedores no son más que la creación y la consecuencia de la previa existencia de deudores que, libre y voluntariamente, han decidido pedir prestado para gastar más de lo que ingresan. Si, además de pedir prestado, mantienen un comportamiento que pone en peligro la devolución del préstamo, ¿es criticable que los "mercados" se defiendan?
Estoy de acuerdo en que hace meses que Grecia debería haberse declarado en quiebra, y así lo he dicho en la taberna en varias ocasiones, pero la responsabilidad de esa quiebra no sería, en todo caso, de los "mercados". Ellos no hunden a un país, el país se hunde él solito.
Saludos
Tato:
"Los mercados" no son los ahorradores, sino que los ahorros de estos son la pólvora de la que se valen para realizar su piratería financiera.
Y la deuda pública alemana no es atacada porque no tienen por dónde hincarle el diente. Bien es sabido que los salteadores solo atacan a viajeros indefensos.
Es cierto que Grecia se ha hundido ella solita, pero no menos que ese puñado de especuladores se ha confabulado para atacar su deuda y destrozar aún más el país, sabedores de que la UE la iba a rescatar, para obtener mayores dividendos.
Aunque el dinero final sea de un jubilado Alemán o americano, es posible que también de mi propio plan de pensiones, eso no quita que el puñado de inmorales que comanda estas operaciones orquestadas de acoso y derribo contra toda una nación sea un atajo de maleantes, y que como tal haya que tratarles.
Saludos.
¿Y por qué no sacas el dinero de tu plan de pensiones y compras deuda griega? Es fácil poner nuestro dinero en manos de otros, exigirles que obtengan la máxima rentabilidad y seguridad, y después llamarlos inmorales. La especulación pura y dura, que sin duda existe, es una mínima parte del movimiento de capitales. El grueso no son más que inversores institucionales que buscan legítimamente equilibrar rentabilidad y riesgo en sus inversiones.
Dices que la deuda alemana no es atacada porque no tienen por dónde hincarle el diente. Exacto. Pero lo planteas nuevamente en términos bélicos, cuando la realidad es que no se trata de ataques, sino de defensas ante comportamientos, esta vez sí inmorales e irresponsables, de los Estados -y de los ciudadanos-, que vivieron muy por encima de sus posibilidades. Llamar salteadores o maleantes a quienes prestaron su dinero -y probablemente pierdan parte de él-, y renunciaron a gastarlo para que otros pudieran vivir en una continua fiesta parece bastante paradójico. También lo es que les acuses de aprovecharse de saber que la UE iba a rescatar a esos países, pero no acuses a la UE de ser corresponsable de la situación precisamente por rescatarlos y provocar ese riesgo moral.
Saludos
Tato:
Aquí no estamos frente a un caso de funcionamiento trasparente del libre mercado, sino de prácticas más propias de la cosa nostra, como puede verse aquí por ejemplo:
http://www.elpais.com/articulo/economia/inteligencia/griega/identifica/autores/ataque/deuda/elpepieco/20100219elpepueco_10/Tes
Los hechos son que unos cuantos señores, entre ellos los de Goldman and Sachs y otros cuantos, los mismos que ayudaron a camuflar las cuentas griegas, se juntaron un día, mientras jugaban al golf, y planearon el ataque masivo a la deuda griega y los que después le han seguido. Esto no es libre mercado, sino conspiración y bucanerismo financiero.
Y, si el banco en el que deposito mis ahorros, se dedica con ellos a financiar operaciones de secuestro y trata de blancas, él es el único responsable y no yo. La rentabilidad que me debe, según contrato, no le otorga patente de corso para obrar en contra de la moral y la ética más elementales.
No invierto en deuda griega, ni en ninguna otra, porque, como lego en asuntos económicos, prefiero la rentabilidad segura, aunque menor y que otros asuman los riesgos, si bien eso no me quita el derecho a denunciar lo que ha sido un abuso se mire por donde se mire.
Saludos.
Es que mi argumento no pivota sobre la afirmación de que los mercados financieros sean transparentes ni libres. De hecho, es el mercado más intervenido, con diferencia, por esos mismos Estados que después les llaman cuatreros.
En todo caso, y al margen de la credibilidad que en materia de noticias económicas pueda tener El País, ponerse en posiciones cortas por parte de inversores no es ningún delito, y además, asumen un riesgo con su propio dinero -sólo se habla de cuando ganan especulando, pero nunca de cuando pierden-, mientras que lo que hizo Grecia fue mentir a Europa.
Dices denunciar un abuso, pero te confundes de abusadores. ;-)
Saludos
Tato:
Aquí no se trata de que algunos gestores de fondos (que, a diferencia de lo que afirmas, no arriesgan su capital, sino el de los jubilados americanos y alemanes) se retraigan de invertir en deuda griega, algo perfectamente razonable e intachable, sino que se junten para acordar un plan conjunto, premeditado y sin escrúpulos para obtener el mayor beneficio posible a costa del total hundimiento de un país.
Saludos.
Publicar un comentario