Comienza
Rajoy su legislatura con recortes y subidas de impuestos, como no podía ser de
otro modo, y, para que no nos llamemos a engaño, su voz y valida (casi
podríamos llamarle balida), Soraya, anuncia que esto apenas es el comienzo del
comienzo.
Resulta
evidente que a nadie le agradan estas medidas, si bien nadie puede sorprenderse
por ellas. Ex ZP, ahora Z a secas, a quien tanto le gustaba desenterrar
cadáveres de tiempos de la guerra, ha dejado trufadas sus administraciones, la
suya propia y las de sus depuestos reyezuelos de taifas, de cadáveres
mal enterrados en forma de déficits ocultos y cuentas tuneadas hasta dejarlas irreconocibles, y a los gobiernos entrantes
les corresponde bregar con toda esta podredumbre.
Es
cierto que para administrar los años de bonanza se precisa de un gobierno socialdemócrata
(para qué engañarnos, el socialismo ya sólo existe en los libros de texto) que
redistribuya la riqueza, al igual que para lidiar con las vacas flacas es necesario
un gobierno de derechas al que no le tiemble el pulso a cada momento por tener
que aplicar medidas contrarias a su catecismo laico.
No
obstante, tengo mis dudas de que esta suerte de presidente invisible en el que
parece haberse convertido Rajoy, que si por algo no se ha caracterizado es por mostrarse expeditivo, encarne al
gobernante ideal para sacarnos de la crisis, y quizá hubiera sido preferible
alguien más resolutivo, como el banquero Rato o la presidenta Madrileña.
En
todo caso, prepárense Uds. para un 2012 de más dolor y sufrimiento, pues los
bancos españoles, que vuelven a tocar suelo y a los que no fía más que el banco
central europeo, amenazan con una réplica del tsunami que barrió a las pymes en
el 2008 por falta de crédito.
Columna publicada en El Soplón
2 comentarios:
Lo de esta gente es de verguenza, ¿cómo se puede decir todo lo contrario que dos días ants de las elecciones?
Un abrazo y bienvenido de nuevo
y no te digo nada de lo de las frases huecas de Soraya.
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