Reclama
Montoro responsabilidades penales para los políticos que se salten los
presupuestos a la torera, y no tardan en brotar las reacciones escocidas, como
endemoniados al contacto con el agua bendita, en particular de los políticos de
izquierdas. Llama especialmente la atención la del ex coordinador de Izquierda
Unida, Llamazares, que saca la vena cinéfila y califica a la medida como “Todos a la cárcel”, prueba evidente de
que para algunos políticos los presupuestos son un engorro necesario, algo que
se debe confeccionar para cumplir con la legalidad, pero no algo que a lo que
haya que atenerse, ni muchísimo menos, y por eso profetiza condenas masivas.
Montoro,
al igual que Gallardón, es un político reo de su imagen: el segundo por su aire
de alumno aventajado modelo “Repelente
niño Vicente”, y el primero por su cara de chiste y su voz gangosa, que
dificultan tomarle en serio incluso hablando de dineros. Sin embargo, debo
aplaudir esta iniciativa, y apenas lamento que no piensen ampliarla y aplicarla
con carácter retroactivo, y no sólo penalice el no ajustarse a los
presupuestos, sino el gobernar en contra de las buenas prácticas y el más
elemental sentido común por meras proyecciones de intención del electorado.
Estamos
hartos de que emplear el estado en beneficio del partido o de uno mismo salga
gratis o, como mucho, redunde en un castigo en las urnas. De que el tirar
dinero público en planes disparatados e ideas peregrinas, en pago de favores
innombrables y apoyos en el congreso, en ministerios sin funciones y alianzas
de civilizaciones no tenga un coste en los juzgados.
No
obstante, me temo que la idea es demasiado buena como para que logre salir
adelante.
2 comentarios:
Juan Carlos, a mi no me importa que se gaste más, si está bien gastado. Más me importa que se gaste menos de lo presupuestado pero que una gran parte de ello, sea robado por los políticos y sus adláteres.
En definitiva, que me preocupa más el chorizo que el gastón.
Saludos
así es en todo, muy bien dicho.
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