Todos estos
revolucionarios de acampada y manifestación son como toreros de salón, maestros
en hacer chicuelinas al aire, pero que
corren como posesos en cuanto oyen mugir al morlaco, pura pose, políticos de atrezo
y ventolera verbal de campaña.
Seguro que recuerdan la
última etapa de Zapatero, cuando no se podía negar del todo a los mandatos de
su jefa, Merkel, ni tampoco hacer lo que tenía que hacer, pues era justo lo
contrario de lo que había prometido a sus votantes, y entre medias la economía
desplomándose y la prima de riesgo subiendo de telediario en telediario. Pues
bien, multipliquen esto por diez y se harán una idea de lo que puede ocurrir si
llega a mandar Podemos, más o menos lo que está pasando en Grecia, cuya bancarrota
es apenas cuestión de semanas.
Ahora van y
les votan.
2 comentarios:
No estoy de acuerdo en comparar a Iglesias con Zapatero, lo de Zapatero no tiene comparación posible, lo de Iglesias mejor que no tengamos que verlo para compararlo, pero entre esos y los corruptos el centro sociológico nos meteremos los votos en ... el bolsillo
Claro que se puede comparar, la actitud es la misma: pretender bailar a la vez con los mercados y el electorado más radical. La diferencia estriba en el grado, de ahí lo de multiplicar por diez.
Saludos.
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