lunes, 25 de abril de 2011
Lejos del mundanal ruido
Me reincorporo al mundo después de pasar cinco días en Aveinte, sin internet y sin ver las noticias ni leer la prensa, apenas dedicado a charlar, tomar el aperitivo (alternar, que es como se dice por allí), algunas rutas en bici (hasta que dos pinchazos consecutivos me dejaron en el dique seco) e invertir un par de horas al día en mi nueva novela que, poco a poco, comienza a tomar forma, a pesar de que el exhaustivo proceso de documentación está determinando que invierta más tiempo en leer que en escribir, algo a lo que un servidor no está acostumbrado, y su desarrollo sea mucho más lento de lo usual.
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4 comentarios:
¡Qué envidia, JC! Momentos de asueto como esos que describes son los que hacen que la vida valga la pena. A veces es fundamental desconectar y volver a los tiempos lentos de los días.
Un abrazo
Martha:
Y lo mejor es que no se añora nada de lo que se deja aquí.
Rafael:
El problema es que estoy bregando con una trama histórica, además contemporánea y ambientada en países que no conozco y, por añadidura, pretendo que no se noten mucho los gazapos.
Saludos.
Pues la verdad es que es atractivo lo que cuentas.
Suerte y al toro, maestro.
Un abrazo
Un abrazo de vuelta, amigo.
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