Imagine Ud. que padece una enfermedad grave, pide cita para el médico y le emplazan al cabo de medio año para prescribirle paliativos, esto es: aspirinas y poco más, cuando lo que precisa es una urgente intervención quirúrgica.
Pues algo similar es lo que ha ocurrido en Libia, donde el conflicto parece haberse enquistado, y la solución, si la hay, será lenta, dolorosa y con múltiples secuelas.
En todo caso, la comunidad internacional no debiera andarse con medias tintas: o bien el gobierno de Gadafi es legítimo y la revuelta de Libia un conflicto interno, en el que, por tanto, debe inhibirse y no inmiscuirse en modo alguno, o bien, en caso contrario, Gadafi es un genocida execrable, en cuyo caso debiera actuarse de forma rauda, enérgica y decidida hasta quitarlo de en medio.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
1 comentario:
Las medias tintas resultan siempre deleznables y muy muy decepcionantes. Buena muestra acabas de poner, Juan Carlos.
Un abrazo
Publicar un comentario