Al igual que la fruta se pudre cuando se deja cierto tiempo al sol, los cargos públicos se corrompen en cuanto que llevan demasiado tiempo en el puesto, o , en su defecto, se corrompe su entorno y ellos se vuelven demasiado permisivos.
El caso del hijo de Chaves viene a probar que este país necesita una regeneración ética urgente, y, como parte de ella, una limitación de los cargos electos a dos legislaturas.
Tampoco estarían mal unas listas abiertas: el problema de este método es que el ciudadano medio no conoce a quién vota y, al final, ocurre lo mismo que sucede en el senado, donde acaban siendo elegidos aquellos cuyos sus apellidos son los primeros ortográficamente.
Otra solución sería la de circunscripciones, implantada en algunos países anglojasones: esto es, en vez de votar a una lista con cuarenta candidatos, yo elijo el que ha de representar a mi zona, con lo cual ya se cuidará mucho de que le conozca y de atenderme como merezco si le pido cita.
Vamos: cualquier cosa menos lo que tenemos.
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3 comentarios:
Rafa:
Me temo que no hay opciones buenas en sí mismas y que cualquiera que se perpetúe en el poder acabaría haciendo lo mismo.
Saludos.
Yo pediría x años de vida civil, lo que fuera -me es igual la profesión o actividad antes-, pero algo como paso previo necesario antes de entrar en política. Quizás serviría de algo, al menos demostrar que uno puede ganarse la vida en otro lado y no está en política como una solución a su ineptitud profesional...
Tu lo has dicho, acabaremos deseando cualquier cosa menos lo que tenemos.
¿Cómo nos las apañaremos? Un misterio
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