El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 22 de noviembre de 2012

Adiós al principio de universalidad


(Diccionario de la RAEL. Hay más acepciones, pero me quedo con las tres primeras)
justicia.
(Del lat. iustitĭa).
1. f. Una de las cuatro virtudes cardinales, que inclina a dar a cada uno lo que le corresponde o pertenece.
2. f. Derecho, razón, equidad.
3. f. Conjunto de todas las virtudes, por el que es bueno quien las tiene.

No cabe duda alguna de que las nuevas tasas judiciales acaban con el principio de universalidad de la justicia, de modo que la misma difícilmente puede seguir manteniendo el nombre, y habrá  que llamarla sistema de aplicación de leyes o algo parecido.
Admito que tenemos un sistema judicial propio de la época de la ilustración, inmovilizado y aplastado por su propio peso, como un obeso mórbido, también que se está haciendo un uso torticero de la misma, como el que perpetran algunas compañías con grandes gabinetes jurídicos a las que sale más rentable hacer que los demandantes desistan por mero hartazgo que reconocer sus justos derechos, o algunas empresas que se anuncian por la radio y que se dedican a interponer recursos de multas.
No obstante, el importe fijo desorbitado de las nuevas normas dejará al ciudadano inerme ante cualquier abuso de la autoridad. Por ejemplo: si le imponen una sanción de aparcamiento injusta, le va a salir más rentable pagarla que recurrirla.
El ejecutivo anda más tieso que una mojama, y trata de disfrazar de racionalización cualquier asalto a la cartera maquillado de decreto, así que amárrensela bien porque no será el último. 

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