El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

miércoles, 20 de febrero de 2013

Espías de playmobil (y II)


Como decíamos ayer, ni siquiera para espiar valemos en este país, y parece que los fisgones de Método 3 se limitaban a cotillear las sobremesas de los políticos patrios en la Camarga  y otros restaurantes de postín donde nuestros representantes se homenajean con cargo al contribuyente o a Corrreas y similares, que viene a ser lo mismo.  
No estaría mal que, por una vez y sin que sirva de precedente, se hicieran públicos los dossieres incautados a la agencia para que pudiésemos dar fe de los chistes subidos de tono y el nivel intelectual general de nuestros políticos cuando se quitan la careta de personas respetables.

miércoles, 13 de febrero de 2013

Me quedan 30 libros


Servidumbres de publicar con una editorial pequeña: el editor me deja en depósito los restos de la primera edición para que los coloque, y, hasta que no lo haga, no sale la segunda en tiendas convencionales (Casa del Libro y Corte Inglés).
El caso es que, después de que todos mis  familiares amigos y conocidos tengan un ejemplar dedicado, aún me quedan 30 libros para liquidar la primera edición, así que, si alguien desea adquirir un ejemplar, dedicado o no, se lo envío por correo. Basta con que me envía un mensaje al correo que aparece en mi perfil.

martes, 12 de febrero de 2013

Por un puñado de globos



Cuando servidor estaba firmemente convencido de que la tontuna de ciertos políticos era insuperable (aquí y aquí), la realidad se empeña en demostramos que el límite de la estulticia es infinito.
Si en su día ya considerábamos que vender la honorabilidad por un puñado de trajes encarnaba el colmo de la estupidez, hacerlo por un puñado de globos es tan absurdo que no tiene siquiera nombre.
En todo caso, Pedro Gonzalez, gerente de interglobo, ha reconocido públicamente que instaló en dos ocasiones los globitos de marras en casa de la ministra y que ella misma le indicó donde y como ubicarlos, así que ni siquiera puede alegar ignorancia.
Parece un hecho probado que Ana Mato ha metido la cuchara en la olla podrida de Correa, y debe dimitir o ser cesada: no existe otra alternativa.

miércoles, 6 de febrero de 2013

Los papeles y el papelón



Alguien me ha comentado su extrañeza porque un servidor no se haya pronunciado al respecto. Aunque es público y notorio que el que suscribe no va a romper una lanza en defensa de la integridad de los políticos, lo cierto es que no tengo claro qué pensar al respecto.
Por supuesto que no me extrañaría que hubiera contabilidad B en el PP o en cualquier otro partido, ni de que se repartieran incentivos en sobres, incluso en bolsas de basura, pues es de dominio público que los políticos son de los de “haz lo que yo digo, no lo que yo hago”.
No obstante, en este caso me extrañó que apareciesen los papeles justo cuando se estaba procesando a su presunto autor, si bien el asunto comenzó a oler verdaderamente mal en el momento en el que Bárcenas desmintió su autoría a destiempo y después de que esta hubiese sido confirmada por varios peritos.
Lo que resulta indudable es que, desde que aparecieron los papeles en cuestión, se ha hablado mucho más sobre ellos que sobre la millonada de la que disfrutaba el ex tesorero, que parece haber brotado como champiñones en la oscuridad de sus cuentas suizas.
A pesar de todo el revuelo, a mí me preocupa más el dato que se colaba ayer a hurtadillas en los noticiarios: el paro subió en enero en más de ciento treinta mil personas, dejando una cifra de casi cinco millones de desempleados.
Insisto en que ésta es la mayor tragedia social que recuerda nuestro país desde la postguerra, y no sólo por el problema económico que supone, sino porque un desempleado de larga duración es alguien al que se le está privando del derecho a sentirse una parte útil de la sociedad, y por tanto de parte de su dignidad, y constituye un problema humano de primera índole.
Lo peor de todo es que Marianín ha ido a visitar a doña Ángela, la que tiene la sartén por el mango, para pedirle que abandone esta suicida política de recortes y la jefa se ha limitado a despacharle con una tibia promesa de ayudas europeas para el desempleo juvenil, algo equivalente a tratar a un desnutrido terminal con un par de gominolas.
Éste es el verdadero papelón de Rajoy, y no unos apuntes contables apócrifos.