El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

martes, 27 de octubre de 2015

El 3% no es el problema


Apenas es un síntoma, como cuando uno va al médico con fiebre y lo que padece es una grave infección. El 3% no es el problema, aunque sea un serio problema, pero el verdadero y auténtico problema es la podredumbre interna que evidencia esta fiebre en forma de comisión ilegal.
Porque, cuando alguien paga una comisión irregular, no sólo espera los derechos que le corresponderían a cualquier proveedor, básicamente el cobro de sus servicios en plazo y forma, sino que confía y exige recibir privilegios tan irregulares e inconfesables como los pagos que los hicieron acreedores.

Y no sólo es eso, sino que una sociedad en la que el pago de chantajes y compra de voluntades se ha convertido en la norma mercantil habitual evidencia una decadencia ética y moral, incluso estética,y todo lo anterior apenas constituye la punta del iceberg.

lunes, 26 de octubre de 2015

La diáspora siria


La solución a los millones de refugiados sirios que han abandonado su país o están a punto de hacerlo no es cerrar las fronteras y los ojos y oídos al problema, como tampoco  lo era abrir las puertas de par en par y conceder barra libre de ciudadanía europea a todo el que la quiera.
Nos encontramos ante un tremendo dilema moral entre lo que un país, o en este caso una entidad supranacional, debe hacer y lo que puede permitirse hacer, entre la ética y la justicia y la dureza de las cifras y balances.  
La realidad es que existe un país, con aproximadamente la mitad de la población de España literalmente devastado por la guerra entre un dictador sin escrúpulos y unos fanáticos con menos aún, una infierno en cuya creación la responsabilidad de las potencias occidentales (léase EEUU y UE) es evidente. Una vez más, los grandes arquitectos del nuevo orden mundial jugaron a aprendices de brujos (léase primavera árabe) y, una vez más, la cagaron estrepitosamente.
Parece meridianamente claro que la solución debe aplicarse en origen, pero occidente se limita a permitir que Rusia apoye al dictador y emitir una tibia protesta para salvaguardar las formas.

Entretanto, tenemos a centenares de miles de personas que huyeron del infierno y encontraron un purgatorio igual o peor, cuando no la muerte. Y Europa sólo parece preocupada de levantar verjas, de metal o políticas, y que nada altere su cómoda seguridad.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Crisis de ideas


Parecía que eso de gobernar a golpe de ocurrencias, el llevar el brainstorm al BOE, era cosa del ZP y sus adláteres, como mucho de alcaldesas flautas y enchufasobrinos,  pero las portadas de los diarios demuestran que le han salido epígonos en su propio partido.
Muy mal debe ver la cosa Pedro Sanchez si lo mejor que se le ocurre para enganchar al elector, engatusado por los partidos de  nuevo cuño, es resucitar un anticlericalismo que resulta tan rancio como el bigotillo a lo Franco y  el “Cara al sol” con el brazo en alto (y que conste que lo afirma un ateo convencido y confeso) y rescatar el logotipo de Felipe González.

Muy mal debe vislumbrar el porvenir, y con motivo, ya que bien puede ser superado por Podemos y Ciudadanos, y a este paso es bien posible que cambie la sintonía habitual de sus spots por el himno de Riego y, en lugar de mítines electorales, convoque asaltos a conventos.

jueves, 8 de octubre de 2015

Horror vacui

Ahora, que la oferta electoral real (sin considerar los partidos anecdóticos que colman las mesas de los colegios de pilas de papeletas que nunca menguan)  se antoja mucho mayor que nunca, parece que las próximas elecciones van a ser unas de las más complicadas a la hora de decantarse. Hagamos un breve repaso a los candidatos:
  • Rajoy: aunque en el aspecto económico no lo ha hecho mal (no se pueden ignorar las cifras, nos guste o no el candidato), su nombre está demasiado asociado en el imaginario colectivo a la corrupción (algo que se ha ganado a pulso, no en vano gente muy próxima a él, como Bárcenas y Rato, son habituales de juzgados y penales), y ha demostrado carecer por completo de vergüenza torera al insistir en presentarse a la reelección y no dejar vía libre a otro candidato libre de estigmas.
  • Pedro Sánchez: parece siempre más pendiente de mirar atrás, para que sus compañeros de bando no le retiren el asiento, que hacia delante, hacia las inquietudes de los votantes. Y, personalmente, he perdido toda confianza en él desde que prometió taxativamente en la pasada campaña que no pactaría con Podemos y se apresuró a hacerlo desde el minuto siguiente de cerrar las urnas. Lo siento, pero no soy un votante con memoria de pez.
  • Alberto Garzón: lo menciono simplemente porque lidera uno de los tres partidos históricos en nuestra democracia, pero lo cierto es que está más cerca de Walking dead que de la política real.
  • Andrés Herzog: he tenido que buscar en Google para saber su nombre, prueba de que UPyD es ya historia política.
  • Pablo Iglesias: como ya he mencionado en otras ocasiones, me recuerda al taimado e infame visir Iznogud, siempre aspirando a ser califa en lugar del califa. Igual que en el caso de Sánchez, no soy un votante desmemoriado y recuerdo perfectamente cómo ha cambiado su discurso a lo largo de su breve historia. Tampoco ayuda el papel que están haciendo sus alcaldesas estrella, dando tumbos, pergeñando ocurrencias peregrinas y, por fortuna para el ciudadano, limitándose a no hacer nada, salvo buscar algún chollete para familiares y amigos. Dios nos libre de los incompetentes bienintencionados.
  • Albert Ribera: lo dejo para el final porque me parece el candidato más capaz y honesto (lleva más tiempo en esto que Sánchez e Iglesias y aún no ha sido sorprendido en renuncio), si bien me da pánico lo que viene detrás de él, o más bien lo que no viene. Con la excepción de Cataluña, donde su partido tiene más recorrido y cuenta con cierta estructura, en el resto de España  el partido se ha levantado de un día para otro y tengo la impresión (al menos por lo poco que conozco de cerca) de que en su mayor parte se compone de gente con ilusión, pero sin capacitación, y (oh desgracia) medradores profesionales que aspiran a ascender rápidamente al amparo de una formación de nuevo cuño que crece como la espuma.