El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 29 de junio de 2009

Otro accésit

Una y otra vez lo estoy rondando (se puede leer aquí), y en todas las ocasiones con viejos relatos “remasterizados”. Aunque alguien me ha dicho que este cuento le resulta un tanto deprimente, en realidad versa sobre la tenacidad, sobre cómo alguien que tiene todo en contra puede aferrarse a la más ínfima excusa para seguir adelante.

Rezo para que alguno de los nuevos, a los que he remitido a los premios de más tronío y postín, me brinde una alegría. Mientras tanto, encenderé una vela a San Joge Herralde, a quien he elevado mis mejores plegarias en forma de novela.

martes, 23 de junio de 2009

Egotismo ilustrado

No existe nada más sencillo que inflar el ego de un escritor. Por si no hubiesen bastado los premios de los últimos días, “La barca de la cultura” publica una entrevista aquí.

martes, 16 de junio de 2009

¿Por qué me has hecho esto, hija mía?

¡Con lo todo lo que hemos legislado por ti! ¡Con tantos berrinches reaccionarios y tantas homilías airadas que hemos sufrido por tu culpa!

Seguro que eso es lo que están pensando ZP y su orbital corte, cuando no cohorte, de bibianoides (suerte de humanoides, resultado de extirpar el cerebro a un humano e implantar en su lugar el manual de buenos propósitos del padre Guitarrón, equipados con salario público y coche oficial).

Y es que esto es lo que ocurre cuando se legisla pensando en el diccionario en lugar de la realidad, que no suele dejarse convencer con buenas palabras. Después de que hemos transmutado la violencia conyugal en violencia de género, y a esta, a su vez, en violencia machista, va una lesbiana y maltrata a otra. Y, luego, el juez tiene que hacer encaje de bolillos y cogérsela con papel de fumar para condenar a la maltratadora como “señor agresor”.

Para su sorpresa, la agresión no se produjo a causa de los nocivos, diabólicos y archiconocidos influjos del cromosoma “Y”, sino porque una parte era más fuerte que la otra y abusó de su poder. Quizás, ZP debiera idear una ley en contra de la fuerza física (o, al menos, aplicarle un impuesto, que anda la cosa muy “achuchá”).