El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

miércoles, 30 de junio de 2010

La ley de la relatividad

Nuestros políticos parecen haber postulado una nueva variante de la famosa teoría, pero que nada tiene que ver con velocidades relativas (o quizá sí: la velocidad con la que pierden el juicio). De otro modo no podría comprenderse que, de forma sospechosamente unánime, todos los miembros del ejecutivo recalquen lo poco que desautoriza del estatuto catalán la sentencia del constitucional (también conocida como el parto de la burra) y se empeñen en mostrar este hecho como un fracaso de la oposición, y, por otra parte, el presidente Montilla, perteneciente al mismo partido y que haciendo honor al apellido parece haberse "amontillado", amenace con echarse al monte y abogar por la insurrección ciudadana.

Mientras tanto, nos suben el IVA y el gas, y la economía está como está, prueba irrefutable de que el afán de los políticos y lo que de verdad le importa (o debiera importarle, vaya usted a saber) al ciudadano cada vez se perfilan como espacios más disjuntos.

lunes, 28 de junio de 2010

La delgada línea roja



En los últimos tiempos, oigo hablar a políticos de uno y otro signo de “la línea roja” en alusión a una suerte de límite moral que no se puede traspasar, y no deja de sorprenderme la facilidad con la que se tornan de uso común los errores de toda índole entre la caterva de iletrados que integran nuestra casta (sí, no he querido decir clase) política.

No albergo ninguna duda de que ni uno solo de los que pone la fase en su boca a la menor oportunidad ignora por completo el origen de la misma, acuñada por Howard Russel durante el asalto a Sebastopol (aunque la hizo popular la película protagonizada por Sean Penn) en referencia a la hilera de soldados escoceses dispuestos en formación de a dos, así como su verdadero significado, que hace referencia a la delgada línea que separa el heroísmo de la locura. No obstante, lo que más me sorprende es que nadie ridiculice a estos catetos y, muy al contrario, todo el mundo, periodistas incluidos, comience a imitarlos. Así nos luce el pelo.

viernes, 25 de junio de 2010

Accesinato medieval

En esta ocasión, se trata de un cuento realmente antiguo, en concreto el segundo que escribió un servidor, casi en la misma edad media en la que está ambientado, así que es de rigor que lo juzguen con la requerida indulgencia.

Pueden leerlo aquí.

lunes, 21 de junio de 2010

Esteparios

La novela breve de bilbaíno Oscar Alonso Álvarez se lee con fruición en un par de horas, y sus noventa y seis páginas parecen hacerse muchas menos. El tema central de la obra, las andanzas de un asesino a sueldo, no se antoja demasiado original, pero la ejecución de la trama, sostenida con intensidad y tempo de cuento, resulta fresca y absorbente. Es cierto que me hubiera gustado un final menos convencional, pero, como dijo Joe E. Brown en la escena de “Con faldas y a lo loco”: “nadie es perfecto”

Otrosí

El libro de relatos, con el que Alfonso Martínez Mena ganó una de las primeras ediciones de prestigioso premio Tiflós, deja bastante que desear. Es cierto que el autor maneja con excelencia el ritmo narrativo, y que exhibe una admirable facilidad para atrapar en sus páginas personajes y situaciones, pero el resultado final, una serie de estampas impresionistas, no es lo que un servidor espera hallar cuando lee cuentos.

Tras mi anterior experiencia con el autor, no pensaba leer nada más del mismo, pero, al comprobar que se trataba de la obra que le había valido el Tiflos, no pude sustraerme a la tentación. Justo antes de este volumen, leí una obra crítica y antológica editada por Castalia Didáctica sobre el cuento español de 1940 a 1980, y parece evidente que el escritor Murciano es más tributario de las fuentes de la corriente realista imperante en aquellos tiempos que del conjunto de autores que revolucionaron el género (Borges, Cortazar, Carver, Ford…) y que han hecho de él lo que es en la actualidad. Por una vez, se puede negar la máxima manriquiana: “cualquier tiempo pasado fue mejor”.

jueves, 17 de junio de 2010

La entelequia europea

A despecho de la abolición de fronteras y de la moneda única, la Unión Europea le suele hacer poco honor al nombre y, a la menor ocasión, los países miembros se apresuran a correr en pos de su propio provecho, aunque sea a costa de causar a otro un grave quebranto, en especial cuando se escucha tintinear el vil metal, tal como lo ha probado la canciller alemana y la prensa de su país al completo, que no ha demostrado reparos en actuar como vocera y mamporrera de la mandataria.

Parece poco verosímil que con estos mimbres se pueda urdir el trenzado del cesto europeo y, a la vista de los hechos, cómo se le va a poder reprochar a los nacionalistas su egoísmo, pues no hacen más que obrar del mismo modo, si bien a menor escala.

Cuando las cosas marchan como la seda, es muy sencillo comportarse civilizadamente, pero es avistar las penurias en lontananza y todos, nuestros mandatarios los primeros, nos apresuramos a sacar el animal superviviente que llevamos dentro y que nunca acabamos de desterrar.

lunes, 14 de junio de 2010

Dos menciones, dos

Del II certamen internacional de microficción Garzón Céspedes :premio extraordinario de dicho y premio especial de pensamiento, por supuesto meramente honoríficas y sin otra compensación que la inflación del ego del autor, pero que servidor, que está en la literatura para dejarse la vida, no para ganársela, recibe con alborozo inenarrable.
Y disculpen mis visitantes habituales que no les atienda como merecen, pero el trabajo no me deja más tiempo.

viernes, 11 de junio de 2010

El fin de los días

El hecho de que ZP, profeta laico donde los haya, se decida a visitar al sumo pontífice parece extraído de una profecía de Nostradamus, si bien tiene todo el aspecto de ser un guiño para arañar votos de este personaje nihilista y derivador, que no cuenta con más aspiraciones que la de perpetuarse en el cargo.
Y el desplante de Berlusconi, un tipo chusco y tabernario incomprensiblemente elevado a presidente, por una parte entroniza al nuestro como San ZP Bueno Martir, y por otro corrobora su insignificancia política y personal, ya que todos los perdonavidas, como el presidente italiano, sólo se atreven a alardear con el más alfeñique de la clase.

miércoles, 2 de junio de 2010

Ventajas de viajar en tren

Este libro de Antonio Orejudo, que cayó en mis manos por mera casualidad, ha constituido una de las lecturas más estimulantes de los últimos tiempos. Su originalidad es arrolladora, el sentido del humor permanente, y el estilo innovador (llegué a contar siete voces de narrador anidadas una dentro de otra), y me sorprende sinceramente que el autor no goce de más renombre y cuente con tan poca obra impresa, que un servidor se va a dedicar a escarbar con ansioso afán.