El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

martes, 15 de diciembre de 2015

El debate lo ganaron los ausentes


En toda pelea callejera a vida o muerte, quien gana es el que no participa, bien lo sabía Rajoy cuando mandó a Soraya al debate a cuatro.
Me llevo la sensación de que Sánchez no lo había preparado convenientemente (no supo justificar el origen de ninguno de los datos que trató de blandir contra el todavía presidente), y pecó de ingenuidad pretendiendo que Rajoy, cual saco terrero, encajase sin pestañear cualquier golpe que se le antojase asestar. En su primera intervención, Sánchez debía haberle advertido a Rajoy que no basase toda su argumentación en compararse con el gobierno de Zapatero, al que el actual líder socialista no perteneció, y así hubiera desactivado su principal recurso dialéctico. Pasó de puntillas por lo que debía de haber constituido el punto fuerte de su discurso (que la recuperación económica del país ha obedecido más a factores externos que a la gestión del ejecutivo) y se empeñó en personalizar (y ahí la cagó sin paliativos) la corrupción sobre Rajoy, en lugar de insistir en su responsabilidad ineludible sobre los actos de demasiada gente  demasiado próxima a él.
Por su parte, Rajoy sacó partido de la bisoñez de su adversario y recurrió una y otra vez a lo único que podía emplear, el millón de empleos creado frente a los dos destruidos de la última legislatura de ZP, hasta el punto de llegar a aburrir.
Mientras tanto, Rivera e Iglesias frotándose las manos, testigos regocijados del espectáculo lamentable que contemplaban.

Por cierto, me sorprende, a la vista de todos los sondeos, que Rivera no base su campaña en insistir en que el verdadero voto útil del votante moderado es votarle a él: con un brevísimo porcentaje y en virtud de la ley d’Hont podría arrebatarle al PSOE un tercio de sus escaños, y con ello evitar que forme coalición con los radicales (o lo que sean) de Iglesias.

jueves, 3 de diciembre de 2015

Suicidio político por entregas

Como si hubiera decidido añadir cada día una cucharada de arsénico al café (o, según la OMS, merendarse un par de hamburguesas). Tan estúpido y a la vez tan certero.
Prohibir aparcar en Madrid es condenar a la ciudad al caos, someter a sus habitantes a un martirio diario que los va a predisponer en su contra. Cada día que Carmena mantenga activada esta medida, su partido pierde miles de votos. Supongo que con quince o veinte bastará para que sólo se quede con aquellos incondicionales que agitan las redes sociales para mayor gloria del partido único (al menos de pensamiento único), ese mismo que quiere regular por ley las apariciones del presidente en los debates y, a poco que le vaya cogiendo el gustillo, acabará regulando las relaciones conyugales, esos seguidores contumaces que nunca han tenido coche (sólo el de papá) ni esperan tenerlo en breve.
Desde que llegó al consistorio de Madrid, lo único que ha hecho el equipo de Carmena es alumbrar ocurrencias, que en su inmensa mayoría quedaron en conato, pero a esta no le va hacer ninguna gracia al elector, no entiendo cómo el taimado e infame visir Iznogud  le permite seguir con este dislate justo cuando comienza la campaña electoral.

¿Han escuchado la voz de la oposición clamar contra esta medida? Por supuesto que no. Van a aguardar a que los madrileños bullan de ira, y lanzarlo como una bomba en la campaña.

viernes, 6 de noviembre de 2015

El declive de “Coleta Morada”


La última encuesta del CIS demuestra que Podemos se encuentra en pleno proceso de decadencia, no sólo porque le haya adelantado Ciudadanos, sino porque los dos grandes partidos comienzan a recuperarse a su cuenta, incluso IU lo hace, prueba inequívoca de que el ocaso de Iglesias es inevitable.
Y es que ocurre que muchos de sus votantes se han dado cuenta de que Podemos no es un partido diferente, con esa estructura horizontal que prometían, sino que se ha convertido en uno más de “la casta” (y que conste que ése término lo use yo  mucho antes que él, en junio de 2010), donde Pablo manda, el resto obedece y afiliados y simpatizantes son meros espectadores. Al final, tal como aventuré varias veces, todo se reduce a “ser califa en lugar del califa”

Sólo falta una escisión en el partido (que la habrá) para acelerar la desintegración y el colapso de una formación que nunca debió existir, mero atrezzo y efectos especiales, que ha jugado con las ilusiones de miles de personas desesperadas y se ha nutrido del dolor y la impotencia.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

La (supuesta) virtud de la indefinición.

Dice Pedro Sánchez que él no firma nada, sobre todo si es antes de las elecciones. Pablo Iglesias tampoco, pues los independentistas se convertirán al españolismo por arte de birlibirloque al ver sentado en la Moncloa a un político de su clase y tronío; cosas que tiene el carecer de abuela. Alberto Garzón sólo fue allí para escenificar su desacuerdo mediante un chascarrillo malo.
En este país, oponerse a algo, aunque sea un auténtico dislate, está mal visto. Quizá porque el hecho en sí de mostrar rechazo se considere reaccionario, herencia de ocho años de zapaterismo. Aunque IU ya demostró bochornosa y deshonrosamente la vergüenza de la indefinición en infinidad de ocasiones en la comunidad autónoma vasca frente a las marcas blancas de ETA, antes y después de la era ZP.
También es posible que en este caso se cumpla el paradigma, postulado por Javier Pérez, según el cual el queso de Burgos es el más vendido porque carece absolutamente de sabor y, por tanto, no le desagrada por completo a nadie.
Padecemos unos políticos descafeinados y desideologizados, algunos parece que lobotomizados, que se arrancan los cabellos y se asperjan con agua bendita (aunque pretendan erradicar la asignatura de religión) en cuanto oyen la palabra prohibición, aunque se trate de prohibir la barbarie. Incluso Rajoy, a la vista de las elecciones, se ha abstenido de obrar con la contundencia precisa.

Por eso no es de extrañar que  Forcadell le importe un pimiento transgredir las normas, aunque sean las de la cámara que preside.

martes, 27 de octubre de 2015

El 3% no es el problema


Apenas es un síntoma, como cuando uno va al médico con fiebre y lo que padece es una grave infección. El 3% no es el problema, aunque sea un serio problema, pero el verdadero y auténtico problema es la podredumbre interna que evidencia esta fiebre en forma de comisión ilegal.
Porque, cuando alguien paga una comisión irregular, no sólo espera los derechos que le corresponderían a cualquier proveedor, básicamente el cobro de sus servicios en plazo y forma, sino que confía y exige recibir privilegios tan irregulares e inconfesables como los pagos que los hicieron acreedores.

Y no sólo es eso, sino que una sociedad en la que el pago de chantajes y compra de voluntades se ha convertido en la norma mercantil habitual evidencia una decadencia ética y moral, incluso estética,y todo lo anterior apenas constituye la punta del iceberg.

lunes, 26 de octubre de 2015

La diáspora siria


La solución a los millones de refugiados sirios que han abandonado su país o están a punto de hacerlo no es cerrar las fronteras y los ojos y oídos al problema, como tampoco  lo era abrir las puertas de par en par y conceder barra libre de ciudadanía europea a todo el que la quiera.
Nos encontramos ante un tremendo dilema moral entre lo que un país, o en este caso una entidad supranacional, debe hacer y lo que puede permitirse hacer, entre la ética y la justicia y la dureza de las cifras y balances.  
La realidad es que existe un país, con aproximadamente la mitad de la población de España literalmente devastado por la guerra entre un dictador sin escrúpulos y unos fanáticos con menos aún, una infierno en cuya creación la responsabilidad de las potencias occidentales (léase EEUU y UE) es evidente. Una vez más, los grandes arquitectos del nuevo orden mundial jugaron a aprendices de brujos (léase primavera árabe) y, una vez más, la cagaron estrepitosamente.
Parece meridianamente claro que la solución debe aplicarse en origen, pero occidente se limita a permitir que Rusia apoye al dictador y emitir una tibia protesta para salvaguardar las formas.

Entretanto, tenemos a centenares de miles de personas que huyeron del infierno y encontraron un purgatorio igual o peor, cuando no la muerte. Y Europa sólo parece preocupada de levantar verjas, de metal o políticas, y que nada altere su cómoda seguridad.

miércoles, 21 de octubre de 2015

Crisis de ideas


Parecía que eso de gobernar a golpe de ocurrencias, el llevar el brainstorm al BOE, era cosa del ZP y sus adláteres, como mucho de alcaldesas flautas y enchufasobrinos,  pero las portadas de los diarios demuestran que le han salido epígonos en su propio partido.
Muy mal debe ver la cosa Pedro Sanchez si lo mejor que se le ocurre para enganchar al elector, engatusado por los partidos de  nuevo cuño, es resucitar un anticlericalismo que resulta tan rancio como el bigotillo a lo Franco y  el “Cara al sol” con el brazo en alto (y que conste que lo afirma un ateo convencido y confeso) y rescatar el logotipo de Felipe González.

Muy mal debe vislumbrar el porvenir, y con motivo, ya que bien puede ser superado por Podemos y Ciudadanos, y a este paso es bien posible que cambie la sintonía habitual de sus spots por el himno de Riego y, en lugar de mítines electorales, convoque asaltos a conventos.

jueves, 8 de octubre de 2015

Horror vacui

Ahora, que la oferta electoral real (sin considerar los partidos anecdóticos que colman las mesas de los colegios de pilas de papeletas que nunca menguan)  se antoja mucho mayor que nunca, parece que las próximas elecciones van a ser unas de las más complicadas a la hora de decantarse. Hagamos un breve repaso a los candidatos:
  • Rajoy: aunque en el aspecto económico no lo ha hecho mal (no se pueden ignorar las cifras, nos guste o no el candidato), su nombre está demasiado asociado en el imaginario colectivo a la corrupción (algo que se ha ganado a pulso, no en vano gente muy próxima a él, como Bárcenas y Rato, son habituales de juzgados y penales), y ha demostrado carecer por completo de vergüenza torera al insistir en presentarse a la reelección y no dejar vía libre a otro candidato libre de estigmas.
  • Pedro Sánchez: parece siempre más pendiente de mirar atrás, para que sus compañeros de bando no le retiren el asiento, que hacia delante, hacia las inquietudes de los votantes. Y, personalmente, he perdido toda confianza en él desde que prometió taxativamente en la pasada campaña que no pactaría con Podemos y se apresuró a hacerlo desde el minuto siguiente de cerrar las urnas. Lo siento, pero no soy un votante con memoria de pez.
  • Alberto Garzón: lo menciono simplemente porque lidera uno de los tres partidos históricos en nuestra democracia, pero lo cierto es que está más cerca de Walking dead que de la política real.
  • Andrés Herzog: he tenido que buscar en Google para saber su nombre, prueba de que UPyD es ya historia política.
  • Pablo Iglesias: como ya he mencionado en otras ocasiones, me recuerda al taimado e infame visir Iznogud, siempre aspirando a ser califa en lugar del califa. Igual que en el caso de Sánchez, no soy un votante desmemoriado y recuerdo perfectamente cómo ha cambiado su discurso a lo largo de su breve historia. Tampoco ayuda el papel que están haciendo sus alcaldesas estrella, dando tumbos, pergeñando ocurrencias peregrinas y, por fortuna para el ciudadano, limitándose a no hacer nada, salvo buscar algún chollete para familiares y amigos. Dios nos libre de los incompetentes bienintencionados.
  • Albert Ribera: lo dejo para el final porque me parece el candidato más capaz y honesto (lleva más tiempo en esto que Sánchez e Iglesias y aún no ha sido sorprendido en renuncio), si bien me da pánico lo que viene detrás de él, o más bien lo que no viene. Con la excepción de Cataluña, donde su partido tiene más recorrido y cuenta con cierta estructura, en el resto de España  el partido se ha levantado de un día para otro y tengo la impresión (al menos por lo poco que conozco de cerca) de que en su mayor parte se compone de gente con ilusión, pero sin capacitación, y (oh desgracia) medradores profesionales que aspiran a ascender rápidamente al amparo de una formación de nuevo cuño que crece como la espuma.

lunes, 28 de septiembre de 2015

Política ficción

Si un día Artur Mas se sincerase (supongo que para eso serían precisas más de veinte barrechas en ayunas), admitiría que no le interesa lo más mínimo alcanzar la independencia, pues entonces se quedaría desprovisto de todo propósito, de esa estrella polar que guíe sus pasos. Para Mas la independencia es como el peplo para Penélope, un subterfugio con el que perder el tiempo y alargar indefinidamente una situación que  se antoja insostenible.
Y la prueba es que en toda la campaña apenas se ha hablado de política virtual, de escenarios hipotéticos que todos saben no se van a producir jamás, mientras la política real, la que afecta al ciudadano, no ha sido siquiera mencionada. De hecho Mas ha puesto a dar la cara a un hombre de paja, que no ha tenido nada que ver con su gobierno, y se ha ahorrado tener que hablar sobre unos de los perores servicios públicos de España y una corrupción que amenaza con hundir a todo el anterior ejecutivo en su pozo séptico.

Y, entretanto, el ciudadano de a pie, entre los que me incluyo, ahíto de todo este juego de tronos, de este folletín interminable por entregas que amenaza con no concluir jamás.

martes, 22 de septiembre de 2015

Taxonomía del periodista.


A despecho de que acostumbramos a denominarles a todos con el mismo y genérico nombre, existen muchas y muy notables diferencias entre los miembros de este colectivo, por lo que me gustaría reseñar aquí algunos de los grupos más destacados (a pesar de que los cinco primeros a duras penas merecen el apelativo común, insisten en atribuírselo, por lo que los incluiremos aquí), a saber:


Pesudoperiodista:  categoría a la que pertenecen ese grupo de rapaces y carroñeros que prospera en los platós donde se dan voces y su presa favorita son las intimidades de personajes de medio pelo. Por desgracia es uno de los grupos más numerosos y mejor remunerados.
Periodista mamporrero: dícese del espécimen, particularmente frecuente en las tertulias matinales y nocturnas, cuya opinión coincide sospechosamente con la versión oficial del partido de turno, hasta el punto de convertirse en una extensión de la oficina de prensa del mismo.
Periodista de denuncia: mutación de la especie anterior cuando su partido pasa del gobierno a la oposición.
Periodista comparsa: ejemplar bastante común que abunda en ruedas de prensa y entrevistas pactadas.  Sirve como mero atrezo para el lucimiento del político o personaje de turno. Ante una pregunta que no figure en el guion, se arranca los cabellos y asperja agua bendita.
Periodista de opinión: la definición es un oxímoron en sí misma.
Presentador de telediario: máquina orgánica de leer noticias.
Periodista notario: frecuente en los medios modestos y locales, se limita a ser testigo aséptico de los acontecimientos que cubre, de los que redacta una reseña funcional y asertiva.
Periodista cilicio: acostumbra a realizar entrevistas a personajes notorios que consienten en someterse a semejante suplicio a sabiendas de que les va a preguntar por todo aquello que les resulte más incómodo.
Periodista guerrillero: suele brotar al clamor del tumulto en los eventos más polémicos, empeñándose en llevar la contraria, incluso ridiculizar, a quienes los promueven.

Periodista jenízaro: siente pasión por los lugares que evitamos como la peste el resto de los mortales, haciendo visible una realidad incómoda o contraria al mainstream.  Son los que de veras honran la profesión, y su mera existencia justifica que toleremos al resto.

lunes, 14 de septiembre de 2015

El bolígrafo de gel verde

Admito mis prejuicios en cuanto a los best sellers, basta que todo el mundo haya leído un libro para que a un servidor le comiencen a desaparecer las ganas de hacerlo (si es que las tenía antes, claro), supongo que debido a que pocas veces me encuentro con un producto que merezca la pena. Me quedan miles de libros maravillosos por leer y encuentro lamentable perder el tiempo en mediocridades.
Cuando me enfrento a una nueva novela, espero vivir con ella una gran experiencia, algo parecido a ver una gran película, que puede ser épica, de suspense o intimista, pero siempre esperas vivir una experiencia que de algún modo te sobrecoja. Al comenzar a leer el libro de Eloy Moreno, la sensación era más parecida a estar contemplando un reality, pero uno de segunda, en el que resulta más que evidente que los protagonistas no actúan tal como son, sino que están interpretando un papel, lo que viene a ser una mala película con argumento de segunda e intérpretes de tercera. La trama no destaca por nada en especial. Más que estar leyendo una novela, da la impresión de que una persona que no ha experimentado nada de especial te estuviera contando su vida, y además lo estuviese haciendo mal, porque los personajes son planos y estereotipados, sin visos de verosimilitud alguna.

Por supuesto, no he sido capaz de acabarlo, lo dejé cuando el Kindle indicaba que llevaba un 23%. Ahora bien, considerando el éxito que tienen los realities, no me extraña que este libro  se haya convertido en un best seller.

martes, 18 de agosto de 2015

Grupo de trabajo transversal

Si no sabe qué diantres significa el título de esta entrada, no se moleste en buscarlo en la Wikipedia, porque no lo va a encontrar. En realidad, crear un grupo de trabajo transversal es un eufemismo de quitarse de encima la responsabilidad de un problema acuciante convocando a un grupo de amiguetes que van a cobrar dietas por refreír un documento con cientos de hojas repletas de obviedades, con la esperanza de que, entretanto, el asunto se enfríe y los periodistas no te cosan a preguntas incómodas.
Pues eso mismo es lo que ha dicho Ada Colau que va a hacer ante el problema del top manta y se ha quedado tan campante. Y, en el interludio, la policía municipal tiene unas ordenanzas que hacer cumplir mientras su jefa se lava las manos en la jofaina de Poncio Pilatos.
Es muy sencillo decir que el top manta es un problema social; que se lo explique a los comerciantes que pagan religiosamente el impuesto de actividades económicas al ayuntamiento, sin olvidar que hacer la vista gorda al top manta es dar carta blanca a las mafias que proveen a los manteros de falsificaciones, por no mencionar que las ordenanzas municipales son para cumplirlas o, si no se está de acuerdo con ellas, cambiarlas o derograrlas, pero lo que no se puede tolerar es que la policía local pene en un limbo administrativo y sea vapuleada por los manteros. Es cierto que existe un problema social, pero no se puede solucionar fomentando actividades ilegales.

Está muy bien ser progre cuando encabezas una manifestación, pero cuando lo que encabezas es una administración tienes obligaciones que cumplir; la política es el arte del compromiso, ya que no existen soluciones perfectas ni limpias, y cualquier administrador tiene que ensuciarse las manos. Ada Colau está demostrando palmariamente que le importa más su imagen que sus obligaciones, aunque esto suponga el desgobierno del municipio. Pues prepárense porque, o mucho cambian las cosas, o esto es lo que nos espera para el gobierno de la nación.

viernes, 31 de julio de 2015

¿Y tras la independencia qué?


Existe un sentimiento generalizado entre muchos catalanes de que Cataluña está pagando la sopa boba a media España, en concreto a Andalucía y Extremadura. Buena parte de los independentistas están convencidos de que al día siguiente (o al año o lustro siguiente) de la independencia, atarán a los perros con longanizas, si bien no se han parado a pensar en unas cuantas consecuencias evidentes e ineludibles de la independencia, a saber:
1.    Desde el minuto uno, se interrumpirá la libre circulación de personas y mercancías. Eso significará que el señor Joan, que tenía una fábrica de embutidos en Mollerusa y le vendía butifarras a un carnicero de Soria, no podrá hacerlo, y, en caso de que pueda, se verá gravado con unos aranceles que causarán que deje de ser competitivo, además de las trabas administrativas que surgirán al perder las homologaciones de las que disfrutaba al amparo de España. No hay que olvidar que el principal cliente de las industrias catalanas es el resto de la nación, y se verán en serias dificultades para vender  a España y la UE. Como efecto inmediato, se perderán miles de empleos y muchos más empeorarán sus condiciones.
2.    Como consecuencia del punto anterior, se producirá la deslocalización de infinidad de empresas. Muchas multinacionales, que tienen su sede en Cataluña, la desplazarán a otra región donde no sufran ese problema. Algunos empresarios, como Lara, del grupo planeta, también anunciaron su intención de deslocalizar sus empresas si se producía la independencia. Como efecto inmediato, se perderán miles de empleos más.
3.    El nuevo gobierno catalán, al carecer de fondos propios, se verá obligado a acuñar su propia moneda. Imaginemos que comienza con una paridad de 1 a 1 con el euro. Dado que los proveedores internacionales se negarán a admitir pagos en esa moneda, que no ofrece garantía alguna, la paridad irá bajando a ritmo vertiginoso, lo que a su vez ocasionará una inflación galopante. El señor Manel, que tras toda una vida de duro trabajo tenía acumulados unos miles de euros para su jubilación, verá como el valor real  de sus ahorros cae en picado y, al cabo de unos meses, apenas alcanzarán para pagar una cena. Como efecto inmediato, se producirá un empobrecimiento brutal y fulminante de toda la población.
4.    Como consecuencia de todo lo anterior, se producirá un desabastecimiento generalizado, primero de los productos importados, pero luego de todos en general. Comenzarán a formarse colas para adquirir productos de primera necesidad y el estado intervendrá a productores, almacenistas y comerciantes. Como efecto inmediato, Los catalanes se verán obligados a usar la cartilla de racionamiento, y sufrirán hambre y penurias como nunca han conocido.

Ahora van ustedes y se independizan.

martes, 21 de julio de 2015

El gran error de Rajoy

Resulta paradójico que un político que si por algo ha destacado es por su apego a la inacción, a esa política de dejar que las cosas se arreglen solas (o se pudran y se olviden), actué con tanta diligencia en algo que debiera abstenerse, si no actuar en sentido contrario.
Cualquiera sabe que el independentismo se alimenta de su represión, pues carece de otra razón que lo sustente. La cerrazón de Rajoy en oponerse al independentismo en los juzgados no tiene otro efecto que el de avivar su llama.
Hace tiempo que debiera haber sido él mismo quien convocase el referéndum de autodeterminación, a semejanza del de Quebec o el de Escocia, y dejar bien claro en la campaña cuáles serían los efectos inmediatos del sí.  Cuando uno vota algo de verdad y con todas sus consecuencias, en lugar de participar en otra charlotada más, suele pensarse el voto. Si lo hubiera hecho nada más llegar a la Moncloa, nos hubiera ahorrado estos tres años de hartazgo del “asunto catalán”. 
Espero que quien le suceda demuestre un poco más de sentido común. 

martes, 14 de julio de 2015

La ocurrencia al poder

Admito que, cuando salieron elegidas Carmena y Colau y una vez asumido lo inevitable, albergaba la vana ilusión de que no tuvieran nada que ver con la ambición insaciable Pablo Iglesias y se tratase de dos simples personas animadas con los mejores propósitos de trabajar en favor de sus vecinos.
Sin descartar del todo lo mis ingenuas aspiraciones, no se puede ignorar el irrefutable hecho de que tener al mando a un tonto bienintencionado, tal como demostró ZP, puede ser tan dañino para sus gobernados que haga bueno a cualquiera que le suceda.
Como decíamos ayer, al mejor estilo de Fray Luis, las alcaldesas de las mayores urbes de España parecen haberse puesto de acuerdo para gobernar a golpe de ocurrencia, como si el ejercicio de regir una urbe de millones de habitantes tuviese la misma trascendencia que elegir un nuevo estilismo de cara al verano.  Si lo mejor que pueden hacer por el gobierno de sus respectivas ciudades es poner tasas a los cajeros o congelar las licencias turísticas, además de buscar sendos cholletes para los familiares de turno, ya pueden ir dimitiendo cuanto antes, porque me causa pavor imaginar de qué serán capaces cuando se sientan seguras en el cargo.

Nos hemos creído que cualquiera puede gobernar una ciudad de cinco millones de habitantes, como si cualquiera pudiera dirigir una de las empresas del IBEX 35, y es posible que así sea, siempre que se limite a molestar e interferir lo menos posible y dejar hacer a los técnicos que tiene debajo; no obstante, si lo que se pretende es reinventar la pólvora a estas alturas, lo más probable es que acabemos todos chamuscados.

miércoles, 8 de julio de 2015

Pedir al BCE, pedir a Caritas

Un axioma que cualquiera puede asumir es que quien depende de la generosidad ajena para satisfacer sus necesidades elementales no está en condiciones de exigir nada, y hoy mismo Grecia depende de la línea de liquidez del BCE para poder sostener el corralito. Tan pronto la UE colme su paciencia y la cierre, los cajeros automáticos helenos dejarán de proporcionar su magro suministro a los ciudadanos en cuestión de días, no más de dos o tres, y en menos de un mes escasearán los productos básicos y las medicinas, igual que si el país acabase de emerger de un cataclismo o una guerra. Así de crítica es la situación del país.
Es por tanto comprensible que los socios de la unión, y no solo los más tronantes, sino muchos modestos, que han realizado grandes esfuerzos para mantener sus cuentas en orden, como Lituania o la propia España, estén molestos con la díscola actitud del ejecutivo griego.
Aparte de todo lo citado, el resultado de una votación en un país de once millones de habitantes tiene escaso peso en las decisiones de los representantes soberanos de quinientos. El referéndum griego, aparte de una pérdida de tiempo y un completo despropósito,  se antoja parte de las alharacas ceremoniales previas a la autoinmolación, que es lo que parece que  va a perpetrar el país heleno.
La reunión de ayer demostró que la paciencia del resto de miembros de la Unión está tocando a su fin, y Grecia tendrá dos opciones: plegarse a las exigencias de sus socios o saltar al abismo, y cada vez queda menos tiempo para bravuconadas tabernarias. 

lunes, 29 de junio de 2015

El corralito griego


No existe un modo más rápido de lanzarte al abismo que menospreciar la inteligencia de tus adversarios, que es lo que hizo Tsipras al enrocarse frente al jaque europeo con un referéndum.
Como ya hemos adelantado aquí varias veces, Europa le va a permitir pocas alegrías a Syriza, decididos a vacunarse en carnes helenas contra los más que seguros males del populismo.
Si hace unos días relatábamos cómo el electorado griego parecía premiar la aparente insumisión de su ejecutivo, Europa ha realizado una exhibición de fuerza cortando la financiación a los bancos que, cómo no, acaba pagando el de siempre, que no es otro que el sufrido ciudadano.
Como ya afirmábamos entonces, la ciudadanía griega parece sumida en un estado de demencia colectiva. Si no recupera la cordura con éste latigazo en el bolsillo, el país está condenado a la catástrofe y pasará de este primer aviso que es hacer cola en los bancos, a la confirmación del desastre que supone hacerlo para comprar alimentos, como ocurre en Venezuela, todo un muestrario de las bondades y virtudes del populismo.
Para un político populista (casi me atrevo a quitarle el adjetivo) el pueblo es un medio, no un fin, pues no conoce otro que perpetuarse en el poder, por lo que, mientras cuente con apoyo popular, no le va a temblar el pulso por conducir el país a la ruina siempre que pueda seguir mandando, de modo que el elector no puede esperar otra sensatez de sus mandatarios que la que su voto pueda imponerle.

Ahora van y les votan.

lunes, 22 de junio de 2015

Estados de demencia colectiva

Tsipras había prometido a sus electores que doblegaría el fuerte brazo de Europa, y ahora es su gobierno el que yace humillado, a la espera de comprobar hasta dónde querrá la troika alargar el castigo.
Dudo que este particular sorprenda a nadie: no se puede negociar desde una posición de fuerza cuando se depende de la caridad ajena para comer al día siguiente. El país heleno está sufriendo una desbandada financiera, sometido a un caos supuestamente controlado por el BCE para obligarle a ver hasta dónde puede llegar el desastre en el mismo instante en que Europa retire su paraguas de la cabeza de Grecia. Tampoco esto puede sorprender a nadie, ya que La Unión dejó claro desde el primer momento que iba a realizar un castigo ejemplarizante sobre Grecia, decidida a que ningún otro país (léase España) experimente la tentación de abandonarse al populismo.
Contradiciendo lo anterior y a despecho de toda lógica, las encuestas dicen que, a día de hoy, Tsipras reforzaría su respaldo popular, prueba palmaria de que no se puede confiar en la cordura del electorado. Hemos escuchado en infinidad de ocasiones decir a políticos de toda índole que la mayoría nunca se equivoca: lógico, es su única fuente de legitimidad; no obstante, todos sabemos que las mayorías muchas veces se yerran estrepitosamente. Como lo han hecho en Grecia, como sucedió en España cuando se reeligió a ZP, como sucedió en Venezuela con Chaves o en Alemania con Hitler. La mayoría es simplemente una cuestión numérica que nada tiene que ver con la razón.
Entretanto, Grecia se pasea al borde del abismo, y el BCE dista mucho de tener controlada la situación, aunque es posible que Europa quiera que sea así. En el fondo, podemos comprobar que Tsipras juega una partida de ajedrez con Europa, en la que los 11 millones de griegos son peones prescindibles para ambas partes.

Nada nuevo bajo el sol.

miércoles, 3 de junio de 2015

Los experimentos se hacen en casa y con gaseosa

Aún no ha llegado Carmena a la alcaldía, que todavía está por ver que lo haga, y ya nos ha sorprendido con la primera ocurrencia peregrina: gravar con una tasa los cajeros automáticos.
Supongo que resulta muy progre lo de ejercer de Robin Hood aficionado: quitémosle algo a los ricos, que tienen mucho, y con eso pagamos la barra libre.
El problema, amiga Manuela, es que cuando se pretende hacer que paguen las grandes corporaciones, léase compañías de telefonía, energéticas y muy, requetemuy, especialmente los bancos, el que termina pagando es el de siempre, es decir: el sufrido ciudadano, usted que lo lee y yo que lo escribo, en forma de incremento en su factura de cada mes.
Es típico de los ejecutivos que pretenden abanderar el progresismo, al menos del último que sufrimos, gobernar a base de brainstrom, de soltar la primera chorrada que se te pasa por la cabeza y reír el chiste en forma de decreto ley, y luego vamos a ver qué pasa. Acuérdense de las pegatinas de quita y pon en los discos de limitación de velocidad, del cheque bebé, y en un largo etcétera que no precisan que les detalle.
Por todo ello, haga caso a este consejo, que no va a leer, y déjese de experimentos, y limítese a lo que debe hacer un buen gobernante, que es no entorpecer demasiado el libre devenir de las cosas y dedíquese a vigilar abusos y situaciones de desamparo del pequeño frente al grande, así como al cuidado de la hacienda doméstica, que es lo precisa todo ayuntamiento

lunes, 1 de junio de 2015

Vete ya, Mariano

Sabes que te vas a ir.
La diferencia estriba en que sea ahora o después de las generales, en hacerlo de forma honrosa o vergonzante, en demostrar generosidad y altruismo u obedecer a la ley del yoyo (primero yo y después yo), en ser un hombre de partido y estado o uno más que se aferra al cargo, en programar una sucesión relativamente ordenada o marcharse apresuradamente, dejando las puertas abiertas al caos, las meriendas de negros y las luchas cainitas.
Sabes de sobra que lideras un partido apestado de corrupción, enfermo de viejas guardias y gangrenado por cargos cuasi vitalicios, de los que han hecho de su mandato un cortijo, y cuya única cura es la amputación.
Sabes que es sólo cuestión de tiempo, y que en menos de un año te vas a ir, así que hazte un favor y házselo a tu partido, al país y a todas las administraciones donde mandáis.

Márchate ya.