El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 22 de junio de 2015

Estados de demencia colectiva

Tsipras había prometido a sus electores que doblegaría el fuerte brazo de Europa, y ahora es su gobierno el que yace humillado, a la espera de comprobar hasta dónde querrá la troika alargar el castigo.
Dudo que este particular sorprenda a nadie: no se puede negociar desde una posición de fuerza cuando se depende de la caridad ajena para comer al día siguiente. El país heleno está sufriendo una desbandada financiera, sometido a un caos supuestamente controlado por el BCE para obligarle a ver hasta dónde puede llegar el desastre en el mismo instante en que Europa retire su paraguas de la cabeza de Grecia. Tampoco esto puede sorprender a nadie, ya que La Unión dejó claro desde el primer momento que iba a realizar un castigo ejemplarizante sobre Grecia, decidida a que ningún otro país (léase España) experimente la tentación de abandonarse al populismo.
Contradiciendo lo anterior y a despecho de toda lógica, las encuestas dicen que, a día de hoy, Tsipras reforzaría su respaldo popular, prueba palmaria de que no se puede confiar en la cordura del electorado. Hemos escuchado en infinidad de ocasiones decir a políticos de toda índole que la mayoría nunca se equivoca: lógico, es su única fuente de legitimidad; no obstante, todos sabemos que las mayorías muchas veces se yerran estrepitosamente. Como lo han hecho en Grecia, como sucedió en España cuando se reeligió a ZP, como sucedió en Venezuela con Chaves o en Alemania con Hitler. La mayoría es simplemente una cuestión numérica que nada tiene que ver con la razón.
Entretanto, Grecia se pasea al borde del abismo, y el BCE dista mucho de tener controlada la situación, aunque es posible que Europa quiera que sea así. En el fondo, podemos comprobar que Tsipras juega una partida de ajedrez con Europa, en la que los 11 millones de griegos son peones prescindibles para ambas partes.

Nada nuevo bajo el sol.

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