La última encuesta del CIS demuestra que Podemos
se encuentra en pleno proceso de decadencia, no sólo porque le haya adelantado
Ciudadanos, sino porque los dos grandes partidos comienzan a recuperarse a su
cuenta, incluso IU lo hace, prueba inequívoca de que el ocaso de Iglesias es
inevitable.
Y es que ocurre que muchos de sus votantes se han dado cuenta de que Podemos no es un partido diferente, con esa estructura
horizontal que prometían, sino que se ha convertido en uno más de “la casta” (y
que conste que ése
término lo use yo mucho antes que
él, en junio de 2010), donde Pablo manda, el resto obedece y afiliados y
simpatizantes son meros espectadores. Al final, tal como aventuré varias veces,
todo se reduce a “ser califa en lugar del califa”
Sólo falta una escisión en el partido (que la habrá)
para acelerar la desintegración y el colapso de una formación que nunca debió
existir, mero atrezzo y efectos especiales, que ha jugado con las ilusiones de
miles de personas desesperadas y se ha nutrido del dolor y la impotencia.