El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

martes, 12 de febrero de 2013

Por un puñado de globos



Cuando servidor estaba firmemente convencido de que la tontuna de ciertos políticos era insuperable (aquí y aquí), la realidad se empeña en demostramos que el límite de la estulticia es infinito.
Si en su día ya considerábamos que vender la honorabilidad por un puñado de trajes encarnaba el colmo de la estupidez, hacerlo por un puñado de globos es tan absurdo que no tiene siquiera nombre.
En todo caso, Pedro Gonzalez, gerente de interglobo, ha reconocido públicamente que instaló en dos ocasiones los globitos de marras en casa de la ministra y que ella misma le indicó donde y como ubicarlos, así que ni siquiera puede alegar ignorancia.
Parece un hecho probado que Ana Mato ha metido la cuchara en la olla podrida de Correa, y debe dimitir o ser cesada: no existe otra alternativa.

2 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Pues a ella no le consta Juan Carlos, por lo tanto no tiene porqué dimitir.
Saludos

Juan Carlos Garrido dijo...

Supongo que Rajoy debe estar esperando a ver si la cosa se arregla sola para que, al final, tenga que acabar dimitiendo tarde, mal y nunca, como el de los trajes.