Una y otra vez lo estoy rondando (se puede leer aquí), y en todas las ocasiones con viejos relatos “remasterizados”. Aunque alguien me ha dicho que este cuento le resulta un tanto deprimente, en realidad versa sobre la tenacidad, sobre cómo alguien que tiene todo en contra puede aferrarse a la más ínfima excusa para seguir adelante.
Rezo para que alguno de los nuevos, a los que he remitido a los premios de más tronío y postín, me brinde una alegría. Mientras tanto, encenderé una vela a San Joge Herralde, a quien he elevado mis mejores plegarias en forma de novela.
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6 comentarios:
Jo, tío: otro más...qué arte.
Un poquito triste sí que es el relato.
Chico, estas que te sales. Felicidades y que ganes muchos más
Un abrazo
Estas cosas vienen así, a rachas. Gracias a los dos.
Saludos.
Nada, algún día de estos llegará el premio gordo. A seguir insistiendo.
Un abrazo. Yo me marcho de vacaciones hasta septiembre y desconecto el blog. Nos leemos entonces.
Que usted lo pase bien.
Saludos.
Felicidades, y enhorabuena.
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