El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 11 de agosto de 2011

¿Cuánto pesa el alma?


A un servidor le deleita la historia de la ciencia y ha leído muchos volúmenes al respecto; en particular, recuerdo con especial cariño el memorable y antológico “Biografía de la física”, escrito por George Gamow, el padre de la teoría del “big bang” y uno de los mejores divulgadores que he tenido el placer de leer.

A pesar de esto, el libro de Len Fisher no es uno más de tantos, ya que, en lugar de realizar una aproximación convencional, anecdótica o sistemática, centra su visión en esos pasos dubitativos, erráticos y a menudo infructuosos que caracterizan a la historia de la ciencia, en vez de en los grandes logros que todos conocemos.

Además, el autor tiene una prosa fácil y, sin formular expresamente teorías, le lleva al lector a quitarse de la cabeza la idea preformada que asimila a  la ciencia en general con las ciencias exactas,  al constatar cómo la comunidad científica ha dado por buenos, durante décadas enteras, los errores más disparatados. En definitiva, a relativizar las verdades científicas, que a menudo asumimos como dogmas de fe y, en ocasiones, no son más que falsedades institucionalizadas.

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