El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 19 de enero de 2012

El fin de la barra libre


Reclama Montoro responsabilidades penales para los políticos que se salten los presupuestos a la torera, y no tardan en brotar las reacciones escocidas, como endemoniados al contacto con el agua bendita, en particular de los políticos de izquierdas. Llama especialmente la atención la del ex coordinador de Izquierda Unida, Llamazares, que saca la vena cinéfila y califica a la medida como “Todos a la cárcel”, prueba evidente de que para algunos políticos los presupuestos son un engorro necesario, algo que se debe confeccionar para cumplir con la legalidad, pero no algo que a lo que haya que atenerse, ni muchísimo menos, y por eso profetiza condenas masivas.
Montoro, al igual que Gallardón, es un político reo de su imagen: el segundo por su aire de alumno aventajado modelo “Repelente niño Vicente”, y el primero por su cara de chiste y su voz gangosa, que dificultan tomarle en serio incluso hablando de dineros. Sin embargo, debo aplaudir esta iniciativa, y apenas lamento que no piensen ampliarla y aplicarla con carácter retroactivo, y no sólo penalice el no ajustarse a los presupuestos, sino el gobernar en contra de las buenas prácticas y el más elemental sentido común por meras proyecciones de intención del electorado.
Estamos hartos de que emplear el estado en beneficio del partido o de uno mismo salga gratis o, como mucho, redunde en un castigo en las urnas. De que el tirar dinero público en planes disparatados e ideas peregrinas, en pago de favores innombrables y apoyos en el congreso, en ministerios sin funciones y alianzas de civilizaciones no tenga un coste en los juzgados.
No obstante, me temo que la idea es demasiado buena como para que logre salir adelante.

2 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Juan Carlos, a mi no me importa que se gaste más, si está bien gastado. Más me importa que se gaste menos de lo presupuestado pero que una gran parte de ello, sea robado por los políticos y sus adláteres.
En definitiva, que me preocupa más el chorizo que el gastón.
Saludos

J. G. dijo...

así es en todo, muy bien dicho.