El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 12 de abril de 2012

Adiós al billete


El hecho de que el dinero en metálico va a desaparecer, el menos en la zona Euro, es una realidad a medio plazo, y la medida de limitar los pagos en metálico a 2.500€ no constituye más que un primer paso.
Los gobiernos europeos, agobiados por la deuda y el déficit público, no van a poder sustraerse a la tentación de convertirse en una suerte de gran hermano que todo lo ve; la prueba es tan sencilla como solicitar un borrador de la declaración de la renta y, si eres uno de los pocos afortunados que no se encuentran el sistema colapsado, comprobar cuánto sabe el estado de ti. No obstante, no les basta con eso y quieren tener constancia de hasta el más ínfimo movimiento del último de nuestros céntimos, y la moneda circulante es el más serio obstáculo al que se enfrentan para alcanzar dicho fin.
Hoy en día, las condiciones tecnológicas y sociales permitirían dar este paso de no ser por los bancos (de nuevo ellos) y su contumaz voracidad por cobrar unas comisiones de usura por las transacciones electrónicas. Bastaría que, en lugar de embolsarse un abusivo porcentaje de cada movimiento, cada comerciante pagara una razonable tarifa plana, similar a lo que ocurre con internet, para que los billetes pudieran eliminarse en unos pocos meses.
Y, en ese instante, habríamos convertido al gobierno en un ser omnisciente que, a guisa de ejemplo, sabría cuánto nos gastamos en bares y podríamos encontrarnos que, tras pagar la última ronda, recibiéramos un SMS de la seguridad social indicándonos que, una sola cerveza más, y no se hará cargo de los posibles gastos de tratamiento.
Parece ciencia ficción, pero no dude que lo acabaremos viendo.

4 comentarios:

Máster en nubes dijo...

Por supuesto, esto de la desaparición del metálico conviene al Estado y a la Banca. Ingenuamente la desaparición del dinero -y todo el tema del trueque y bancos de tiempo, que por otro lado hay mucho interesante- es una vieja idea ácrata y se puso en práctica en nuestro país, si mal no recuerdo. Al final el citado papel ... acabo siendo papel moneda.

Juan Carlos Garrido dijo...

En efecto, un billete no deja de ser un pagaré emitido por el Banco de España.
Cuando el dinero era metálico de verdad, oro o plata, no podía devaluarse ni mangonearse. El final, el dinero acabará siendo una serie de unos y ceros flotando en la nube.

Saludos.

Mery dijo...

Dios Santo, eso de la nube acaba siendo amenazador, como una tormenta al anochecer.

Juan Carlos Garrido dijo...

Mary:
Más que nube, debieran llamarlo Espíritu Santo, porque está en todas partes y ninguna al tiempo.

Saludos.