El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 12 de marzo de 2015

Paraisos (¿?) fiscales

No deja de encerrar su gracia macabra el hecho de que se llame paraísos a los lugares donde se parapeta el dinero de quienes, conforme a la doctrina cristiana, deberían ir de patitas al infierno.
También supone una cierta justicia universal que estos lugares aúnen, demostrando que pertenecen a la misma calaña, a quienes roban a punta de Kalashnikov, a los que lo hacen desde cargo público y armados de comisiones ilegales, y a los que atracan con comisiones abusivas a sus clientes y con sueldos de miseria a sus empleados. No existe dinero limpio en los paraísos fiscales, esta afirmación es una tautología,
No tiene sentido alguno que en pleno siglo XXI sigan existiendo estas Islas Tortugas, refugio y vivero de malhechores de todo pelaje, así como quebranto para el resto de países, que sufren la merma en sus tributos de todo el dinero que se va a estas cuevas de ladrones.

El resto de países debería condenar a estos enclaves de delincuentes con corbata al ostracismo y la autarquía hasta terminar con ellos, y el hecho de que no se haya hecho hace tiempo sólo puede obedecer a que muchos de quienes tienen el poder en sus manos disfrutan también de una cuenta numerada, no lo duden.

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