El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 12 de mayo de 2008

El síndrome de la lavandería

Una vez más, vuelvo a Jack London y a su obra más emblemática: “Martín Edén”. El último mes, pero especialmente la última semana, uno se ha sentido como Martín cuando trabajaba en la lavandería, agotado y embotado, y sin hacer otra cosa que trabajar y satisfacer (en precario) las necesidades fisiológicas más primarias, sin tiempo ni ganas de leer (de escribir ya no hablamos).

Así que si no respondo a sus mensajes ni visito sus páginas, no se piensen que me he vuelto misántropo (aunque tampoco lo descarten) y confío en que esto sea un episodio temporal (y esperemos que breve), servidumbre del trabajo que me da de comer.

4 comentarios:

Mery dijo...

Tranquilo, lo primero es lo primero, y en cada etapa las prioridades cambian.
Tus lectores somos pacientes.
Que todo vaya bien.

Minúscula Martínez dijo...

Seguro que es temporal...o si no, a franquiciar la lavandería¡¡

B x C y cuidate¡¡

Sombras en el corazón dijo...

huy, como me suena ese estado catastrófico de tiempo robado por los hombres grises de "Momo"

Un abrazo comprensivo

Juan Carlos Garrido dijo...

Bueno, no es que andemos mucho mejor, pero al menos sacamos tiempo para responder a los mensajes.

Gracias y saludos a todas.