Una vez más, vuelvo a Jack London y a su obra más emblemática: “Martín Edén”. El último mes, pero especialmente la última semana, uno se ha sentido como Martín cuando trabajaba en la lavandería, agotado y embotado, y sin hacer otra cosa que trabajar y satisfacer (en precario) las necesidades fisiológicas más primarias, sin tiempo ni ganas de leer (de escribir ya no hablamos).
Así que si no respondo a sus mensajes ni visito sus páginas, no se piensen que me he vuelto misántropo (aunque tampoco lo descarten) y confío en que esto sea un episodio temporal (y esperemos que breve), servidumbre del trabajo que me da de comer.
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4 comentarios:
Tranquilo, lo primero es lo primero, y en cada etapa las prioridades cambian.
Tus lectores somos pacientes.
Que todo vaya bien.
Seguro que es temporal...o si no, a franquiciar la lavandería¡¡
B x C y cuidate¡¡
huy, como me suena ese estado catastrófico de tiempo robado por los hombres grises de "Momo"
Un abrazo comprensivo
Bueno, no es que andemos mucho mejor, pero al menos sacamos tiempo para responder a los mensajes.
Gracias y saludos a todas.
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