El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

jueves, 17 de junio de 2010

La entelequia europea

A despecho de la abolición de fronteras y de la moneda única, la Unión Europea le suele hacer poco honor al nombre y, a la menor ocasión, los países miembros se apresuran a correr en pos de su propio provecho, aunque sea a costa de causar a otro un grave quebranto, en especial cuando se escucha tintinear el vil metal, tal como lo ha probado la canciller alemana y la prensa de su país al completo, que no ha demostrado reparos en actuar como vocera y mamporrera de la mandataria.

Parece poco verosímil que con estos mimbres se pueda urdir el trenzado del cesto europeo y, a la vista de los hechos, cómo se le va a poder reprochar a los nacionalistas su egoísmo, pues no hacen más que obrar del mismo modo, si bien a menor escala.

Cuando las cosas marchan como la seda, es muy sencillo comportarse civilizadamente, pero es avistar las penurias en lontananza y todos, nuestros mandatarios los primeros, nos apresuramos a sacar el animal superviviente que llevamos dentro y que nunca acabamos de desterrar.

2 comentarios:

J. G. dijo...

Y lo que cuesta el sostenimiento de esa unión no muy unida ahora. Buen argumento.

Juan Carlos Garrido dijo...

Rafael:
Me temo que alemania tampoco está en condiciones de prestarnos, sino que ella misma es la que quiere sacar su deuda pública al mercado y, con la acción regferida, trata de quitarse un competidor.

Jesús:
Es cierto que se habla mucho del despilfarro autonómico, pero la burocracia europea también sale por un pico.

Saludos a todos.