El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

viernes, 23 de marzo de 2012

La ley de la jungla


Con sorprendente indolencia, estamos asistiendo a una constante e imparable subida de los precios del carburante, casi un 50% en los dos últimos años, sin que este hecho despierte la alarma y la agitación social que cabría esperar.
Son muchas las causas que se esgrimen, desde el aumento de demanda de los países emergentes hasta el teórico y más que debatible Pico de Hubbert, si bien, al igual que ocurrió con los cereales hace unos años, el tiempo probará que la causa primordial es la especulación en el mercado de futuros.
Resulta a todas luces aberrante que, con una pequeña inversión, pueda controlarse el precio de un producto esencial, causando que vaya a parar una porción muy superior del importe final del barril a los beneficios de la especulación que a los gastos de producción.
Vivimos épocas convulsas, y, al igual que en el caso del mercado de deuda, los grupos de inversión, con el único objetivo en mente de su cuenta de resultados, no pestañean si su inmoral mercadeo aboca a la ruina a países enteros y a la tragedia a millones de vidas.
Los gobiernos deben buscar con urgencia la forma de poner coto a esta especulación, o prepararnos para retornar a la autarquía y el trueque.

2 comentarios:

No cogé ventaja, ¡miarma! dijo...

Veo difícil que los gobiernos pongan frenos a una especulación que beneficia claramente a quienes los mantienen.
Saludos

PEPE LASALA dijo...

A lo mejor a los gobiernos no le interesa amigo. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/