El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

viernes, 23 de noviembre de 2007

¡Por fin!

Permítanme que inicie mi blog incluyendo una cita –de mi propia cosecha, no voy a empezar haciendo publicidad a otro– que encabeza uno de mis primeros relatos.

Abre los ojos, escritor,
a la cruda realidad y contempla
la verdad de tu condición:
un esbozo de vanidad sobre lienzo de arena.


No es sencillo ser escritor, y no sólo por las dificultades que entraña el acto de pergeñar una historia e ir enlazando una palabra tras otra –que las tiene–. Con un panorama editorial absolutamente conservador y acomodaticio, el hecho de ser inédito y desconocido es un estigma que dificulta, hasta el borde de lo imposible, la posibilidad de romper el círculo vicioso.

Nuestra profesión –tiene gracia que la llame así, cuando apenas nadie puede vivir de ella– no es ajena a la vanidad, de hecho, es una parte consustancial de ella, por lo que, tan importante como el hecho de escribir en sí, es el hecho de saber que tu trabajo ha sido valorado y apreciado por gente que siente tanta pasión como tú por esta feliz locura.

El banderín de enganche de Maghenta, “Buscamos escritor novel que tenga obra. Que nos la mande”, es cuanto menos sorpresivo, pues es justamente lo contrario que uno ha acostumbrado a encontrarse durante estos años que ha estado dando tumbos. No es de extrañar que acudiese a él en cuanto que lo vi, y, finalmente, parece que Sombras chinescas va a ser publicada por la citada editorial ¡EUREKA!

2 comentarios:

M dijo...

Juan Carlos,
Suerte...como con todo lo que se comienza¡¡

B x C

Juan Carlos Garrido dijo...

Te agradezco tu visita. Por cierto, cuando se mira tu perfil, se descubre, con estupor, que te dedicas a la agricultura (yo pensaba que eso de cultivarse era otra cosa)
Un abrazo.