El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

martes, 19 de febrero de 2008

Pan y circo

Parece ser que esta fórmula para meterse al populacho (es decir, nosotros) en el bolsillo, que ya era vieja cuando la empleaba Julio Cesar, vuelve a estar de moda.

Rajoy abrió la veda con su propuesta de bajada de impuestos, algo que por otra parte cabría esperar de un gobierno liberal, y entonces ZP, que no podía ser menos, se sacó de la manga los 400 euros.

El contribuyente, que no es tonto (no en vano son sus magras costillas las que soportan todos los palos), sabe que estos dispendios los acaba pagando siempre el mismo, por no decir uno mismo, pero una devolución universal de esta índole le hace plantearse a uno que para qué demonios le cobran los impuestos. Si de verdad sobra dinero en la hucha de todos, hay miles de formas mejores, y más equitativas de invertirlo.

A falta de gladiadores (como carnaza a los leones, ya se ha arrojado a la conferencia episcopal en pleno, en esto no se ha cambiado mucho) se han sacado de la chistera esta caterva de cantarines trasnochados que entonan “Defender la alegría” (donde dice alegría, léase canon). Rajoy, más ortodoxo, ayer se fotografiaba con Judokas, incluso se atrevía a hacer una llave.

Lo más triste de todo es que, a pesar de que el paro sube como la espuma y al gobierno no le ocurre otra cosa que maquillar las cifras, la caja del supermercado da más miedo que el dentista y la letra de la hipoteca ha mudado en el abecedario al completo, a la oposición no se le ocurre otra cosa que sacarse los ojos entre ellos por un “quítate que yo estaba antes”, y acaban convirtiendo las inauguraciones preelectorales en cebo para “tomateros” y similares, que, como si de una boda se tratase, no paran de jalear “Que se besen”.

La lástima es que las elecciones, a semejanza de los concursos literarios, no pudieran resultar “desiertas”, a ver si espabilaban.

7 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Me apunto a que las elecciones puedan quedar desiertas, por falta de calidad de los candidatos. Buena reflexión, Juan Carlos.

Julio dijo...

Estimados amigos:
El regeneracionista Joaquín Costa se propuso como lema para lamer las heridas de la patria el binomio "Despensa y escuela". Tal como andan las cosas, parece que los de ahora lo han cambiado por este otro de "Más despensa que escuela", ya que muestran excesivo interés por lo primero y escaso por lo segundo. Más que no tener escuela, ni siquiera parecen tener clase (y no estamos de puente).
He dicho

Juan Carlos Garrido dijo...

Pues, si de escuela vamos cortos, la despensa va tomando visos de quedarse más vacía que la cabeza, y al final va a terminar siendo "Ni despensa ni escuela" (eso sí, talante, todo el del mundo).

Saludos, amigos andaluces, y gracias por visitar esta página.

Anónimo dijo...

Es lo que tiene estar eternamente en campaña electoral. Por lo visto, la lista de sandeces es inagotables. Qué poco valemos para nuestros gobernantes, que así nos tratan...

Juan Carlos Garrido dijo...

Es un placer tenerte por squí, Rafael.

Lo cierto es que no oculto nada, ya que en mi presentación declaro mi adicción a emborronar folios.

Saludos.

Juan Carlos Garrido dijo...

Por cierto, Julio, puedes acusar de plagio a Pizarro, que ayer copió tu cita de Juan Costa ;-)))

Saludos.

Julio dijo...

Él seguramente me contestaría que no es plagio, sino intertextualidad...