El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

martes, 22 de julio de 2008

¿Y ahora qué?

Las estadísticas siempre están referidas a un hipotético universo del discurso del que uno jamás forma parte; mientras que las cifras macroeconómicas no adquieren cara y nombre propio, las observamos con el distanciamiento propio de los números abstractos. Por eso hemos estado contemplando con frialdad, incluso con cierto regocijo, cómo este gobierno, de una forma bastante patética y en lugar de tratar de solucionar la crisis económica, se estrujaba las entendederas buscando circunloquios con los que evitar el maldito palabro.

Ahora que la crisis inmobiliaria en general, y de la construcción en particular, es una contundente realidad, no podemos ignorar el hecho de que cientos de miles de personas que acostumbraban a trabajar sin papeles, por días y con unos elevados ingresos (según pude ver en un reportaje de televisión, más de doscientos euros al día), se han quedado sin trabajo y sin subsidio de desempleo que mitigue esta situación. Esto ya ha dejado de ser una fría cifra para convertirse en una escalofriante realidad. Haga usted el ejercicio mental y póngase en su lugar: ¿se conformaría, en su caso, con meter las manos en los bolsillos y quedarse sin hacer nada? Esta situación se va a convertir, a no mucho tardar, en un problema social y de orden público de primera índole, y los que deberían buscarle solución se dedican a festejar que llevan cien días sin hacer nada.

11 comentarios:

Mery dijo...

Nada, Juan Carlos, hasta que el problema no pase a mayores, aquí no se hará nada.
¿Ya estás trabajando de nuevo? Espero que aún te queden muchas vacaciones por difrutar.

Un abrazo (desde Canarias, por cierto)

Juan Carlos Garrido dijo...

Los que no servimos para otra cosa, tenemos que trabajar. Yo apenas tuve una semana de vacaciones (la última de junio); lo que sucede es que después he estado de viaje, como no, de trabajo, primero en Gran Canaria y después en Portugal. Ahora estoy en la oficina, sacando atrasos.

Disfruta de las papas "arrugás".

Saludos.

X dijo...

La crisis del sector es cosa chunga, es cierto. Tal vez si no se hubiera dado trabajo sin papeles, si no se hubiera pagado tan bien, si los de más arriba de ese mismo sector no se hubieran enriquecido tanto (tantísimo, ni nos podemos hacer idea), ahora no habría tanta gente peor que antes. Todo lo que sube baja, lo sabemos desde preescolar. Los magnates de las inmobiliarias y constructoras se pensaron que esto era Jauja, y mira, no.

Juan Carlos Garrido dijo...

El problema no es qué hubiera pasado "si no...", sino qué hacemos ahora con lo que tenemos, que algo habría que hacer, digo yo.

Saludos.

Anónimo dijo...

Al fin la burbuja inmobiliaria explotó y era algo que se veía venir. Llega un momento en que inversores y familias no pueden pagar esos precios desorbitados.
Pero, claro, la burbuja les ha explotado en toda la cara a los trabajadores de la construcción que, en muchos casos, son personas poco cualificadas para desempeñar otros oficios. Y si no trabajan, no comen, y si no comen, tendrán que buscarse las habichuelas de algún modo poco ortodoxo. Total, como bien dices, un problema social y de orden público.
Un saludo.

Filisteum dijo...

Ya sabes: cualquier cosa que no suponga recoortes depresupuesto.

o sea, nada.

Pero la realidad es muy puta, así que ya veremos...

Juan Carlos Garrido dijo...

Yo creo que el principal problema es que las posibles medidas a adoptar serían poco populares y totalmente desprovistas de "talante" y "progresismo".

Es lo que tiene el gobernar para la galería.

Saludos.

X dijo...

¿De veras hay que hacer algo? Muchos se acuerdan del gobierno únicamente cuando le van mal dadas. Vamos, como de Dios, ay.

Juan Carlos Garrido dijo...

Es que, cuando bienen bien dadas, lo que tiene que hacer el gobierno es no estorbar.

Bien pensado, tienes razón: lo mejor es quedarnos sentados y ver, cuando no tengan qué comer, como asaltan los supermercados, si no algo peor. Aunque es posible que, por propia iniciativa, todos estos señores decidan volverse a sus paises de origen; incluso algo mejor: que con la medida de los 400 euros y una buena dosis de talante, igualdad y diálogo, la crisis se solucione en cosa de quince días y aquí no ha pasado nada.

¡Qué ocurrencias! ¿Va a haber que hacer algo nada más que por la minucia de que cada mes haya cien mil parados más? Si es que hay por hay mucha gente demasiado quisquillosa, que se queja de puro vicio.

X dijo...

Jajaja, esperaba un comentario así. Será que soy muy ingenuo, muy insensible, o muy socialista. Te dejo elegir con cuál de los tres adjetivos me erras. :P

Juan Carlos Garrido dijo...

No soy aficionado a ir colocando etiquetas: me gusta pensar que cada cual es distinto e irrepetible. A lo mejor, el ingénuo soy yo.

Saludos.