Si algo va a cambiar esta crisis, es la confianza que al ciudadano de a pie le inspiraba la banca. En estos tiempos de descreimiento absoluto, el ciudadano medio profesaba una fe ciega por el sistema bancario y jamás se le hubiese ocurrido imaginar que el dinero de su cuenta corría alguna clase de riesgo…hasta que le pusieron límite a la garantía.
El caso Maddof le ha administrado la puntilla a la confianza en el sistema bancario, e imagino que buena parte de los pequeños ahorradores que tenga inversiones en fondos estará ahora mismo tratando de rescatar sus cuartos. Cuando uno invertía en fondos, asumía que igual que subían podían bajar, pero jamás se le podía pasar por la cabeza que un fondo se pudiera desvanecer como el humo, y menos procediendo de una entidad tan “seria” como el Santander.
Al final, van a tener razón los aldeanos de toda la vida, y lo mejor va a ser tener el capital invertido en tierras, pues no hay ingeniería financiera capaz de hacerlas evaporarse.
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11 comentarios:
En tierras o debajo de una baldosa, en la cocina, Juan Carlos. Se te saluda, por cierto.
Pues mire usted, su sorpresa viene por desconocimiento, pues es lección básica de economía que todos los activos tienen dos tipos de riesgo: el riesgo al que usted alude, el de tipo o beneficio, y también el riesgo de crédito, es decir, la probabilidad de que la Entidad o Institución en la que invierte no le devuelva su dinero. La confusión viene de que el riesgo de crédito parecía no existir, salvo en mercados emergentes o, como yo los llamo, Kamikazes. Pero existir, existía, y ahora está dando la cara. Es más, prueba evidente de que existía era la proliferación, incluso en época de bonanza, de los fondos de inversión garantizados, que procuraban una rentabilidad media-baja a cambio de la seguridad de recuperar el capital al término del plazo de garantía. Ahora, no crea usted que estos fondos garantizados eran los más solicitados, pues la mayoría de los clientes-inversores desdeñaba la importancia del riesgo de crédito.
Y en parte tenían razón: los fondos de inversión se caracterizan por una diversificación tan amplia que difícilmente el riesgo de crédito incidía en algo, salvo en su rentabilidad (de ahí, de nuevo, la confusión).
Por otra parte, el hecho de que nos salga un chorizo con corbata en Wall Street no significa que los fondos de inversión sean detestables y haya que correr al rescate indiscriminado de los mismos, entre otras cosas porque la mayoría de ellos no tienen nada que ver con Maddof. Esa sería la mayor insensatez y, en el caso de la mayoría de los fondos de renta variable, en estos momentos haría aflorar pérdidas a sus inversores.
Por cierto, ¿no le han dicho que estamos en el mejor momento para invertir? Con los valores de los activos por los suelos, las posibilidades de revalorización son infinitas. Hágame caso o, al menos, después no diga que le he avisado...
Julio:
Se le devuelven gustosos (y no exentos de envidia)los saludos a tierras meridionales y más cálidas.
APA:
Ni entré, no pienso hacerlo, a valorar las virtudes o la moralidad de los fondos, tan sólo hablé de la confianza del españolito de a pie; la confianza perdida, como la honra, jamás se vuelve a recuperar.
El común de los mortales, entre los que se incluye un servidor, creía en los bancos como se cree en los padres cuando se es niño, algo que jamás volverá a suceder.
(Maddof) ha sido capaz de engañar hasta a los bancos más potentes, pero cuantos más pequeños habrán caído. Por no hablar de particulares, en fin que ya no hay confanza en nada.
Un beso
Felices y polifacéticas (donde las haya) fiestas.
Un abrazo.
Si todos aceptáramos que la confianza perdida nunca se recupera, estaríamos hablando de un mundo en el que no existirían las segundas oportunidades.
Hablando ya fuera de la banca, a quien le haya fallado, a quien haya traicionado su confianza, dígale que rectificar es de sabios.
No estoy de acuerdo con la teoría de la efectividad total, la imposibilidad de recuperar la confianza en alguien o algo, e incluso la honradez. Es cierto que la recuperación es costosa, pero la palabra imposible denota una intolerancia que el examen de mis propias debilidades me impide aceptar.
Es muy posible que quien te ha fallado una vez y rectifique de forma continuada, sea la persona menos proclive a volver a fallar.
Se dice que de los errores se aprende. Dejemos que los deshonestos y los faltones puedan aprender.
Eso, y el banco del colchón. Una financiera son sedes en todas partes del mundo y muy vieja.
Un abrazo y Feliz Navidad
Sombras, no he entendido ni una sola palabra de su último comentario, a excepción del abrazo y la felicitación navideña...
¡¡¡FELIZ NAVIDAD!!!
Paso de nuevo para desearte:
¡Feliz Nochebuena!
Un abrazo
Nada de crisis ni politiqueos hoy.
Sólo desearte Feliz Navidad.
Un abrazo
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