El nombre parece perfectamente adecuado, ya que los autores de la misma no albergan otro propósito que “dar por culo”.
En todos los sitios existen descerebrados violentos: a algunos, les da por apalear a los hinchas del equipo contrario, a otros, por quemar autobuses en nombre de la autodeterminación. En este caso, tratan de disfrazar bajo tintes pseudopolíticos (antisistema, les da por llamar a este subterfugio) lo que no es más que violencia ciega e irracional.
En ningún caso, el estado de derecho puede permitir que los comerciantes y vecinos del centro de Barcelona y Madrid vuelvan a ser rehenes de estos rebaños de mozalbetes sin desasnar, para lo cual se precisa de una acción policial contundente y, sobre todo, de una dureza judicial ejemplarizante.
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2 comentarios:
Amén
La semana pasada precisamente me pilló en la Puerta del Sol los actos vandálicos de esta gentucilla deshilvanada.
Como dice Octavio: amén.
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