El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 9 de marzo de 2009

Una de cal y otra de arena

El viaje de ida y vuelta a Canarias de la semana pasada me bastó para devorar gustoso las casi cuatrocientas páginas de “Llámame Brooklyn”, de Eduardo Lago, ganador del premio Nadal en 2006. Este libro también ha servido para que un servidor se reconcilie como lector con el citado premio, que, como es de todos conocido, es una merienda de agentes (una versión más salvaje, despiadada y antropófaga de la merienda de negros).

Quizás llamar novela a este libro no es del todo adecuado, ya que se trata de un collage , en ocasiones incluso vertiginoso, de imágenes casi estáticas, con las que el autor dibuja con notable maestría la vida del protagonista, Gal Ackerman, un escritor alcohólico y autodestructivo de los que tanto prodiga como personajes la narrativa americana. El estilo, sencillo pero hipnótico, de Eduardo Lago a mi me trae a la cabeza a los primeros textos de Auster. En especial, resulta sorprendente que el autor consiga mantener con envidiable soltura la tensión narrativa contando con tan pocos elementos argumentales.

En contraste, una semana antes comencé a leer “Corazón tan blanco”, de Javier Marías, y no fui capaz de llegar a la página cien. A pesar de que el libro arranca con un pasaje de pasmosa intensidad, inusitada en el caso de Marías, en el segundo capítulo el libro ya se difumina en la vacuidad que caracteriza al autor, y se pierde por completo en los detalles, a despecho de una trama sólida que los sustente, algo que tampoco sorprende a este pobre lego, pues es la norma en lo poco que ha leído del citado escritor, del que no alcanza a comprender cómo ha logrado meterse a la crítica en el bolsillo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Saludos Juan Carlos.
A Javier Marías lo tengo pendiente y al premio Nadal del 2006 no lo tenía en mi lista de "por leer". Lo apunto.
Dani.

Juan Carlos Garrido dijo...

Pues si el de Marías no lo has comprado aún, harías bien en ahorrarte el dinero. Si no te quieres quedar con la curiosidad, seguro que lo puedes sacar de la biblioteca pública.

Saludos.

Er Tato dijo...

Pues varias veces he tenido en la mano el de Eduardo Lago y nunca me decidí a comprarlo. Te haré caso.

De Javier Marías leí uno hace tiempo y me costó.

Saludos

Oswaldo Bolo Varela dijo...

No he leído absolutamente nada de Auster, si tuvieras que recomendarme un libro suyo, ¿cuál sería...?

Juan Carlos Garrido dijo...

Tato:

Será porque me voy haciendo cada vez más perro, pero soy incapaz de acabar un libro cuya lectura no me resulta agradable.

Hombre Extraño:

Quizás, para empezar, "Mr. Vértigo" no estaría mal.

Saludos.