El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

lunes, 4 de abril de 2011

Si hay que irse, uno se va

ZP ha anunciado que se marcha, algo que ni nos sorprende ni nos alivia; lo primero, porque era previsible, lo segundo, porque sus intenciones (veremos cuánto duran) pasan por agotar la legislatura.

Y era previsible que lo anunciara antes de los próximos comicios de mayo porque su imagen (quién se lo iba a decir a él, con lo que ha hecho por nosotros, ingratos) es un lastre demasiado pesado para unos candidatos que se saben perdedores y contaminados por su contacto con Zapatero, a quien vitoreaban hasta hace dos días, pero necesitan un un chivo expiatorio a quien cargar la culpa del seguro fracaso.

Y también es previsible que no agote su legislatura, porque el batacazo es seguro, y es más fácil hacer leña del árbol caído que abatir uno que permanece erguido.

Y qué deja tras de sí: un candidato aquejado del mismo desgaste que lo ha consumido a él y una candidata de diseño (sí, otra más), que no acopia más méritos que los de ser joven, catalana y mujer, el primero de ellos transitorio y los otros dos circunstanciales, gran currículo. Da la impresión de que ZP hubiera querido emular al gran torero y mejor filósofo de salón, Rafael Guerra, Guerrita, cuando afirmó: "Después de mí, naide".

No hay comentarios: