El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Refundación institucional


A la vista de lo ocurrido en las elecciones del 20N y cuánto claman unos y otros por lo injusto de los resultados efectivos obtenidos (número de representantes en las cámaras) frente a los votos recibidos, cabe colegir que urge impulsar las siguientes medidas:

1-  Implantar la circunscripción electoral única para que los partidos minoritarios de ámbito nacional como IU o UPyD no resulten marginados frente a los partidos de taifas, cuyo único afán, bajo la bandera  de una supuesta autodeterminación, su única razón de ser, pues carecen de otro ideario, es devorar el estado a cucharaditas.
2-  Nadie se deja influir por los carteles ni la propaganda electoral, cuya retirada supone un importante dispendio a los municipios, por lo que se prohibiría la propaganda electoral en formato físico y se permitirían sólo los espacios en medios de comunicación y redes sociales. Además, así los partidos evitarían tener que hacer frente a unas onerosas campañas que se suelen sufragar de forma un tanto opaca.
3-  Estamos en el siglo XXI. Permitamos votar telemáticamente mediante certificado digital o DNIe, habilitando unos pocos centros de votación para las personas que no dispongan de recursos propios para hacerlo. Se ahorraría un importe nada despreciable en papeletas y urnas, además de pagos a presidentes y vocales de mesa. El recuento sería inmediato.
4-  Entre senado y congreso contamos con 558 altos cargos, cuya función se limita a ejercer de meras máquinas orgánicas de votar, además de secretarias, traductores, administrativos, etc., y no hablemos de gimnasios, jacuzzis y otros lujos asiáticos, un dispendio que el país no se puede permitir en tiempos de crisis, por lo que basta que se reúna un representante de cada partido, con su voto ponderado por la representación obtenida.
5-  Dado que no ya se necesitarían ambos edificios, bastará con una pequeña sala de reuniones en la Moncloa, incluso un plató, si los políticos no se quieren quedar sin escaparate, por lo que se venderán y se dejará de gastar un potosí en su mantenimiento.

Por supuesto, el siguiente paso sería acabar con las comunidades autónomas, pero todos los partidos se nutren en estos abrevaderos y ninguno estará dispuesto a renunciar a ellos.

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