Hace apenas unos días, teníamos ocasión de escuchar en todos los noticiarios que un grupo de científicos habían desarrollado una vacuna contra la cocaína.
Esta clase de adelantos, que se antojan puro portento, casi arte de magia, te hacen entender por qué surgió la teoría del positivismo. Esta ciencia todopoderosa y tangible resulta mucho más fácil de adorar que un Dios riguroso, incomprensible y, por qué no, caprichoso , que además parece haberse olvidado de uno.
La lástima es que de paso no hayan inventado otras para la estupidez individual y colectiva, para el integrismo religioso y laico, para los políticos mediocres, los demasiado ambiciosos, los dispendiosos y los chorizos (quizás fuera precisa una para los políticos en general), para los centros comerciales en fin de semana y los atascos de la N-VI, para las franquicias de comida rápida, para las cañas sin tapas, para la telebasura, las Asensis y los Zafones.
Lo iremos poniendo en la carta a los Reyes
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2 comentarios:
Hombre, no esta mal, no esta mal esa vacuna para empezar. ¿Les interesará realmente ponerla en circulación?
¿O sólo estarán fardando?
Un abrazo de sombra a sombra
¿y qué tal una hostia a tiempo?
¿O eso se considera tecnología obsoleta?
:-)
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