Me gustaría saber cómo, después de negar por activa y pasiva la crisis, después de afirmar que España estaba en la “Champions” de la economía, ahora que el empleo se evapora con una volatilidad dolorosa y aterradora, y cuando su máximo responsable económico afirma que “se ha quedado sin margen de maniobra”, puede seguir compareciendo ante los ciudadanos como si tal cosa.
Mientras tanto, en la plaza de Cascorro, corazón del rastro, transmutada en una suerte de “Chinatown” castizo y cañí, se celebra el año nuevo chino, y el que nos viene es el del buey, víctima propiciatoria por excelencia y perfecto ejemplo de los sacrificios que nos va a tocar padecer en propias carnes a buena parte de los ciudadanos. Por supuesto ZP vive ajeno a todo esto, aislado en su propio Olimpo de diálogo y talante.
Seguro que ya ha aprendido cuánto cuesta un café, pero seguro que no sabe cuánto tiempo, en promedio, espera un desempleado cada día en la cola del INEM. Ni cómo se siente ese hombre cuando vuelve a casa con las manos vacías y los sueños rotos. No estaría mal que alguien se lo plantease.
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3 comentarios:
Me parece genial el símil del buey. No creo que nos enteremos de nada de lo que planteas, querido Juan Carlos, puesto que las preeguntas habrán pasado por la champions de la mediación...
Saludos desde una Sevilla con sol.
El problema no está en las preguntas que le hagan, sino en las respuestas que dé. Y hará como siempre, eslogan tras eslogan, frases cortas con rostro amable y mesiánico, embobador, y muchos volverán a caer en la trampa. Porque hablar y quedar bien es fácil, muy fácil. Claro, que después llega la realidad y eso ya es otra cosa.
Mala situación a la que nos enfrentamos, si señor. Y tardará en mejorar.
Un abrazo
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