A pesar de su probada seriedad y de su presunta eficiencia, ha sido el ministro más dañino de las dos legislaturas de ZP, y no sólo porque haya dejado al país sumido en la bancarrota por segunda vez consecutiva, sino porque su supuesto prestigio le brindaba un cierto aire de respetabilidad a un ejecutivo que parecía vivir en el país de las maravillas. Mucha gente creyó sus falaces argumentos durante la campaña previa, cuando negó la crisis, y es evidente que su actuación en el debate frente a Pizarro fue decisiva para el resultado en las urnas.
A pesar de que, en público, siempre apoyó las disparatadas tesis de ZP, se rumoreaba entre la prensa que disentía de ellas, y que ejercía de moderador y aportaba cordura a este gobierno de orates (hecho que un servidor siempre ha puesto en duda). Ahora abandona este barco agujereado que es el proyecto de ZP como una rata antes del inminente naufragio.
Tanta dicha lleve como tranquilidad deja.
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4 comentarios:
Siempre se habla de su seriedad y capacidad,pero coincido contigo, los hechos son irrefutables, por dos veces ha sumido al país en las peores simas.
Un saludo
Hay quien vive preso de su imegen y quien vive de sus rentas.
Por mucho que afirmasen que se oponía a las frivolidades de ZP, las sufragó todas (en realidad las pagaremos nosotros, hasta la octava generación).
Saludos.
Las ratas ya se fueron hace tiempo.
Este era marinero.
Quedan sólo las cucarachas.
Pues dicen que las cucarachas serían las únicas supervivientes a una guerra nuclear, ¡a ver quien acaba con ellas!
Saludos.
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