El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

sábado, 23 de enero de 2010

Decálogo por entregas (VIII)

La inspiración no suele acceder a que la emplaces cuando tienes un rato libre. Debes mantener los sentidos alerta para detectar cuál de las historias de las que eres testigo o lees en el diario merece dedicarle un cuento.

4 comentarios:

dany dijo...

De hecho, Juan Carlos, si me permites,
yo diría que esa es una de las fases más divertidas e interesantes que tiene escribir.

Te cruzas con un tipo que va hablando por el móvil, alcanzas a escuchar un trozo de conversación algo airada y ya comienza a bullir en tu mente el resto de la conversación, el asesinato que acaba de cometer o la presión psicológica a la que suele someter a sus interlocutores.

SALUDOS.

Juan Carlos Garrido dijo...

Claro que se permite, esta Ud. en su casa.

Por definición, un escritor es alguien con demasiada curiosidad y demasiada imaginación.

Saludos.

Máster en nubes dijo...

Desde luego. El problema es que a veces estás hasta demasiado abierta. Vas en el metro y es un horror, o no, es estupendo. Cada persona, un gesto, da igual es como si te pidieran "cuéntame, cuéntame, cuéntame"... y no es que tú les cuentes nada, es que ellos te piden que cuentes, que escribas, su historia, que te le inventes sobre esa mirada, o ese modo de coger el móvil o esa camiseta falsificada de Armani privé o lo que sea... Y llegas a casa y no das abasto a veces, estás agotada (cuaderno siempre a mano para que no se escapen cosas, en el metro y en la mesilla de noche...)
Mil gracias, Sombras chinescas

Juan Carlos Garrido dijo...

Gracias a ti por visitarme.

Saludos.