Un servidor, ponderando la sucesión de ocurrencias peregrinas de este ejecutivo y la escasez de planes globales y concertados del mismo, ha llegado a sospechar que los consejos de ministros consistan en que cada cual suelte la primera tontería que se le pase por la cabeza y alguno de los ministros (quizá Leire o la Trini, siempre tan solícitas, que a Rubalcaba y Pepiño no hay quien les entienda la letra) se dedique a anotarlas y, al final de la reunión, se elijan las propuestas ganadoras arrojándolas al aire y rescatando aquellas que la inocente mano de ZP consiga atrapar al vuelo.
Admito que esta hipótesis pertenece por completo a mi imaginación, si bien, a la vista de los resultados, el método real no debe distar demasiado del expuesto.
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6 comentarios:
Lo malo es que parece que toman solo las pegatinas más descabelladas.
Saludos
Rafael:
Eso, y que hablen de uno, aunque sea mal.
Rafa:
El azar, que es perverso.
Saludos a todos.
Creo que el problema fundamental es ése, que gobiernan por azar. El presidente por accidente vive de improvisar. Un abrazo.
Es cierto, sufrimos un gobierno azaroso.
Un abrazo.
Apuesto a que no andas nada descaminado.
El título de esta entrada es un pleno al quince.
Un abrazo
Mery:
No sabes cuánto me gustaría equivocarme.
Un abrazo.
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