A pesar de que los bancos y cajas desdeñaron la mitad de los fondos (de todos los españolitos) que les ofrecía el gobierno (salían más baratos los de la unión europea), el dinero no acaba de llegar a quien de veras lo necesita: los particulares y, muy en especial, las PYMES.
No sólo las entidades bancarias no amplían el crédito, sino que a la mayor parte de las empresas a las que les vence la línea de crédito o de descuento no se la renuevan.
Con un sistema mercantil pervertido en el que los pagos se realizan a 90,120 e incluso 180 días, esta circunstancia va a provocar un colapso de la economía a poco que se descuide el gobierno.
Es evidente que la solución a este gravísimo problema no puede pasar por los bancos, que, en estos momentos, no piensan más que en deshacerse de cuanto riesgo sea posible, aunque sea a costa de quedarse sin sus comisiones y márgenes más apetitosos, y se han limitado a tomar el dinero que requerían para cubrir sus carencias de liquidez. Por todo lo citado, las administraciones van a tener que saltarse a estos intermediarios, que en este caso se han demostrado inoperantes e indeseables, y recurrir a entidades públicas, como el ICO o Avalmadrid, para lograr que el dinero llegue a quien lo precisa.
Cuatro quintas partes del empleo de este país están generadas por las PYMES, así que no está la cosa como para andar haciendo experimentos.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
4 comentarios:
Hola Juan Carlos! Cuanto tiempo sin hablarte, paso algunas veces pero casi nunca sé que decirte. Y bueno.
Yo personamente ya no me creo nada de los que digan, el sistema no funciona y punto pelota. Haber ahora quen arregla esto, por cierto...
¡Sí sabes donde esta la pasta avisa!
Un beso
De hallar alguien la pasta, seguro que son macarrones, o algo así, y además pasados.
Saludos.
Aquí lo que hay es una destrucción del sistema financiero y económico que no dabemos dónde llegará.
Me temo que a los bancos le preocupan poco los pequeños, hasta que djen de comprarles a los grandes...
o sea, que se preocuparán, peor demasiado tarde.
Me temo que los bancos apenas se preocupan por ellos mismos.
Saludos.
Publicar un comentario