El hombre, en la superficie de la tierra, no tiene derecho a dar la espalda e ignorar lo que sucede en el mundo.

Fiódor Dostoievski (El jugador)

miércoles, 19 de noviembre de 2008

El maquillaje de Corbacho

Lo peor de que el ministro Corbacho trate de manipular las cifras del paro es que este intento de falsear la realidad delata que se ha perdido toda esperanza de poder cambiarla.

Estos no son los afeites con los que una veinteañera realza sus encantos para resultar más atractiva, sino un maquillaje fúnebre para disimular la lividez e infundir al cadáver un ilusorio aspecto de vida.

Por enésima ocasión, se comprueba que este gobierno se preocupa más de las apariencias que de los hechos.

6 comentarios:

Juan Antonio González Romano dijo...

Lo cual no quita para que comentemos la obviedad de que un prejubilado no busca trabajo (yo, al menos, no conozco a ninguno). Se suele decir que los prejubilados no creen en el cielo, porque para ellos es inconcebible que exista una vida mejor...
Dicho lo cual, maquillar las cifras, en efecto, no cambiará la realidad.

Juan Carlos Garrido dijo...

Si sólo tuviésemos que dejar en las listas del INEM a los que de veras desean trabajar (haciéndoles la prueba con pentotal sódico), ¡menuda alegría se llevaría el ministro! ;-)

Saludos.

Sombras en el corazón dijo...

Buenasss;

mi saludo semanal :0)

Un abrazo

Juan Carlos Garrido dijo...

Vaya de vuelta ese saludo para Asturias.

Un abrazo.

Mery dijo...

Disfraces, afeites, mentiras, cambios de tercio...¿de qué nos asustamos a estas alturas?
Un abrazo

Filisteum dijo...

Es qe lso hechos no votan.

La democracia es así :-))